Petrona Martínez es reconocida por cantar bullerengue. Sus composiciones han surgido de su marco familiar pero éstas no fueron publicadas profesionalmente hasta 1984, con 45 años de edad.
El bullerengue es un baile cantado tradicional de la Costa Atlántica de Colombia. Sus raíces se hallan en los cantos de fecundidad africanos. El bullerengue es exclusivo de las provincias marítimas de Bolívar y Córdoba y se trata de una música muy local aunque, sin duda, excitante testimonio de todo lo que de África hay en América.
La tradición cuenta que el bullerengue colombiano empezó cuando se vetó la participación de embarazadas, viudas y mujeres en las fiestas estivales de San Juan y San Pedro.
Entonces ellas decidieron reunirse, casi clandestinamente, en los patios de vecinos. Arrancaban sus vidas alegres con algún tambor y palmas, mientras una mujer improvisaba un verso, una obscenidad o acertijos picantes. Otras se añadían, mientras el ñeque (bebida alcohólica extraída de la caña de azúcar) entonaba laringes.
Además de la improvisación, el bullerengue necesita de la interpretación para aunar los conceptos de seducción y fecundidad. La cantaora, sobre todo en la modalidad “sentao”, actúa frotándose el bajo vientre y provocando con sus pechos, en un crescendo voluptuoso.
Petrona ha publicado el descatalogado "El folclor vive" y, a través de Ocora, líder francés de World Music, su LP “Le bullerengue”. Uno de sus trabajos es “La vida vale la pena” (Utopía al aire, 1999), un diario familiar y vecinal de Malagana.
Petrona Martínez y su disco “Bonito que canta”
Denominada “La Reina del bullerengue”, Petrona Martínez es fiel heredera de la tradición de los bailes cantaos afrocolombianos. Aparece por primera vez en la Argentina con la edición de Bonito que canta, convirtiéndose en el disco más significativo de su carrera.
Petrona Martínez nació en un hogar de cantadoras y aprendió por medio de la tradición oral distintas variantes del denominado “baile cantao”, en el cual los tambores y las palmas acompañan los versos y melodías que improvisan las cantadoras. En la música de Petrona Martínez se evidencia esta conexión con un legado ancestral.
“Bonito que canta” es un disco crudo y cálido a la vez. La ausencia de instrumentos armónicos es reemplazada por la imponente voz de Petrona y la fuerte presencia de la percusión. El ritmo que mayor presencia tiene en el disco es la chalupa, la cual junto al bullerengue sentao, la puya, el fandango y el son de negros remarcan claramente la presencia afro.
Los temas de este disco reflejan el sonido de un pueblo y su cultura, cuyas raíces trascienden lo latinoamericano y se extienden hacia tierras africanas. Cada uno de los bailes cantaos de “Bonito que canta” presentan su particular universo de polirritmias protagonizadas por los tambores “alegre” y “llamador” interactuando con la tambora, las maracas, la guacharaca y las totumas (calabazas).
Se destaca, a su vez, el inconfundible sonido de la gaita (flauta de origen prehispánico construida con el corazón del cardón) en el único tema instrumental Sendero indio, el cual es también un claro exponente del mestizaje entre lo afro y lo aborigen.
En las letras hay una continua referencia a situaciones cotidianas de su gente: el arduo trabajo en el campo, la cosecha, el entorno natural, las fiestas y celebraciones rituales e incluso acontecimientos personales que la cantadora desea destacar por medio del canto. Los motivos melódicos desarrollados por Petrona son cíclicos y poseen un gran carácter rítmico y percusivo enfatizando, en este sentido, la conexión con la música ritual de raíz africana.
El elemento distintivo en estos cantos es cuando el coro va contestando los versos propuestos por la cantadora. Vale aclarar que esta característica es muy usual en distintos cantos del folklore colombiano, no solo en la región Caribe sino también en el litoral pacífico.
Tradicionalmente, las cantadoras suelen improvisar versos al ritmo de los tambores, esto convierte a muchas de ellas en compositoras. En el caso de Petrona Martínez, ella compuso 11 de los 12 temas del disco. Album, que además fue editado en el año 2007 en Argentina por el sello SURAMUSIC. Dicho trabajo salió también para los socios del Club del Disco y luego continuó su camino por todas las disquerías.
Además del grupo estable que acompaña a Petrona Martínez, que tiene, entre otros integrantes, a dos de sus hijos, este disco cuenta con la participación especial de algunos invitados como Totó la Momposina.
Petrona es una legítima representante del mestizaje musical afroamericano de la región de Bolívar en el caribe colombiano. Obtuvo un reconocimiento internacional consolidado a partir de la edición en 2002 de “Bonito que canta”.
La tradición cuenta que el bullerengue colombiano empezó cuando se vetó la participación de embarazadas, viudas y mujeres en las fiestas estivales de San Juan y San Pedro.
Entonces ellas decidieron reunirse, casi clandestinamente, en los patios de vecinos. Arrancaban sus vidas alegres con algún tambor y palmas, mientras una mujer improvisaba un verso, una obscenidad o acertijos picantes. Otras se añadían, mientras el ñeque (bebida alcohólica extraída de la caña de azúcar) entonaba laringes.
Además de la improvisación, el bullerengue necesita de la interpretación para aunar los conceptos de seducción y fecundidad. La cantaora, sobre todo en la modalidad “sentao”, actúa frotándose el bajo vientre y provocando con sus pechos, en un crescendo voluptuoso.
Petrona ha publicado el descatalogado "El folclor vive" y, a través de Ocora, líder francés de World Music, su LP “Le bullerengue”. Uno de sus trabajos es “La vida vale la pena” (Utopía al aire, 1999), un diario familiar y vecinal de Malagana.
Petrona Martínez y su disco “Bonito que canta”
Denominada “La Reina del bullerengue”, Petrona Martínez es fiel heredera de la tradición de los bailes cantaos afrocolombianos. Aparece por primera vez en la Argentina con la edición de Bonito que canta, convirtiéndose en el disco más significativo de su carrera.
Petrona Martínez nació en un hogar de cantadoras y aprendió por medio de la tradición oral distintas variantes del denominado “baile cantao”, en el cual los tambores y las palmas acompañan los versos y melodías que improvisan las cantadoras. En la música de Petrona Martínez se evidencia esta conexión con un legado ancestral.
“Bonito que canta” es un disco crudo y cálido a la vez. La ausencia de instrumentos armónicos es reemplazada por la imponente voz de Petrona y la fuerte presencia de la percusión. El ritmo que mayor presencia tiene en el disco es la chalupa, la cual junto al bullerengue sentao, la puya, el fandango y el son de negros remarcan claramente la presencia afro.
Los temas de este disco reflejan el sonido de un pueblo y su cultura, cuyas raíces trascienden lo latinoamericano y se extienden hacia tierras africanas. Cada uno de los bailes cantaos de “Bonito que canta” presentan su particular universo de polirritmias protagonizadas por los tambores “alegre” y “llamador” interactuando con la tambora, las maracas, la guacharaca y las totumas (calabazas).
Se destaca, a su vez, el inconfundible sonido de la gaita (flauta de origen prehispánico construida con el corazón del cardón) en el único tema instrumental Sendero indio, el cual es también un claro exponente del mestizaje entre lo afro y lo aborigen.
En las letras hay una continua referencia a situaciones cotidianas de su gente: el arduo trabajo en el campo, la cosecha, el entorno natural, las fiestas y celebraciones rituales e incluso acontecimientos personales que la cantadora desea destacar por medio del canto. Los motivos melódicos desarrollados por Petrona son cíclicos y poseen un gran carácter rítmico y percusivo enfatizando, en este sentido, la conexión con la música ritual de raíz africana.
El elemento distintivo en estos cantos es cuando el coro va contestando los versos propuestos por la cantadora. Vale aclarar que esta característica es muy usual en distintos cantos del folklore colombiano, no solo en la región Caribe sino también en el litoral pacífico.
Tradicionalmente, las cantadoras suelen improvisar versos al ritmo de los tambores, esto convierte a muchas de ellas en compositoras. En el caso de Petrona Martínez, ella compuso 11 de los 12 temas del disco. Album, que además fue editado en el año 2007 en Argentina por el sello SURAMUSIC. Dicho trabajo salió también para los socios del Club del Disco y luego continuó su camino por todas las disquerías.
Además del grupo estable que acompaña a Petrona Martínez, que tiene, entre otros integrantes, a dos de sus hijos, este disco cuenta con la participación especial de algunos invitados como Totó la Momposina.
Petrona es una legítima representante del mestizaje musical afroamericano de la región de Bolívar en el caribe colombiano. Obtuvo un reconocimiento internacional consolidado a partir de la edición en 2002 de “Bonito que canta”.
Entrevista exclusiva a Petrona Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario