Casos y Cosas (India)

Ganges
Por Estefanía Abamonte

Nace en la cumbre del Himalaya, atraviesa las llanuras al norte de India y llega hasta Bangladesh para desembocar en la bahía de Bengala, formando parte del delta más grande del mundo. Se trata del río Ganges, el principal en la India, considerado sagrado por la religión hinduista desde hace siglos.
Está representado por la Diosa “Maa Ganga” (madre Ganges). La mitología cuenta que el Dios supremo Brahama creó el río a partir del sudor que recojió del pie del Dios Vishnú, reconocido en los libros sagrados hindú (las vedas) como el dios conservador.
En su recorrido, el río Ganges atraviesa la región de Benarés considerada la ciudad eterna, donde según la tradición una de las cuatro cabezas del Dios Brahmá consiguió descansar al llegar a esta ciudad hace siglos atrás. De acuerdo con la leyenda, la ciudad fue fundada por el dios Shivá, y también se ha demostrado que en un pasado fue un centro religioso dedicado a Suriá, el dios del Sol.
Así es como la religión hinduista hizo de esta ciudad un verdadero lugar sagrado y fundó tres preceptos primordiales entorno a ella y al río: toda persona que mura en el río Ganges de Benarés asegurará su camino hacia el nirvana; toda persona que se bañe en el río Ganges, purificará y purgará sus pecados; Y, por último, todo creyente hindú tendrá que peregrinar al menos una vez en su vida a Benarés. En esta región, las orillas del río Ganges están rodeadas de importantes escalinatas de mármol, llamadas “Ghats” que descienden hasta sus aguas para que millones de personas y peregrinos se sumerjan en ella y de esta manera poder cumplir con los mandatos de su religión. También existen ghats específicos donde se creman los cadáveres que pasaran a la otra vida terminando con los ciclos de la reencarnación, para finalmente ascender al cielo.
De esta manera, la ciudad se ha convertido en el destino de enfermos y ancianos files a la ciudad santa con el anhelo de terminar con su vida allí.
Hasta nuestro poeta Borges no pudo evitar el encanto del Ganges, y en uno de sus poemas se lee que todos los que alguna vez nos bañamos en un río, quizás sin saberlo, nos hemos estado bañando en el Ganges: "Los lenguajes del hombre te agregan maravillas/ Y tu fuga se llama el Eúfrates o el Ganges./ (Afirman que es sagrada el agua del postrero,/ Pero como los mares urden oscuros canjes/ Y el planeta es poroso, también es verdadero/ Afirmar que todo hombre se ha bañado en el Ganges.)".

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