La Champeta

Por M. Emilia Sganga

Desde Cartagena, y en el conjunto del Caribe colombiano, nace la Champeta. Una fusión de ritmos, que encuentra en la base de su origen los soukus de Kinshsa y Brazzaville (géneros clave de la música africana en los años ´70).
La música vuelve a las fronteras borrosas, la ida y venida de ritmos entre África, América y Europa ha originado variados estilos y géneros que han logrado su identificación y representación local. Algunos ejemplos: en Cartagena durante los años ´40 y ´50, la presencia de fuertes barrios de obreros cubanos en las fábricas azucareras será el puntapié para dar origen a la Sexteto Tabalá (grupo de son cubano), para los años ´70, Joe Arroyo se basará en los ritmos afrocaribeños, la salsa y la cumbia de la costa Caribe colombiana, para dar origen al Jaeson y unos años más tarde el público de Cartagena descubrirá artistas africanos como Soukus Stars, Kanda Bongo Man, M´Bilia Bell, entre otros.
Estos caminos abiertos y múltiples permitirán a la Champeta conciliar entre la continuidad de las tradiciones y la ruptura de ellas. En ella el tambor es sustituido por la caja de ritmos, el recuerdo de la esclavitud se hará carne en el relato de la vida cotidiana, la danza y la vestimenta tomará tintes modernos. Lo llamativo de este nuevo género recaerá sobre la representación que aparece tanto en las letras como en los ritmos de una “tradicional música negra”, en la pretensión de mantener un lazo identitario con el continente africano y la “América Negra” (particularmente el pueblo de Palenque de San Basilio, de donde son originarios varios de sus primeros músicos), pero con las modificaciones locales que sean necesarias para las formaciones musicales e identitarias del pueblo de Cartagena. Por lo que rápidamente gana la aceptación de todos los barrios de la ciudad en el formato de una música moderna y urbana. Esta fusión de ritmos configuró una nueva cultura musical urbana en el contexto caribeño, que se consolidó en las barriadas cartageneras a mediados de los años ochenta Algunos de sus principales exponentes son: Edwin Antequera, Sergio Liñan, Milton Torres, Álvaro Zapata, Francisco Corrales, John Gutiérrez Cassiani y Viviano Torres.
Proceso de desterritorialización/ reterritorialización que va del flujo de música africana traída de Europa a la aparición de un ritmo local con sus propias voces, medios de difusión alternativos y productores (en principio) independientes. Lo anterior no supone una institucionalización inmediata de este género, por el contrario la Champeta exacerba y reproduce la marginalización de quienes la escuchan, al mismo tiempo que logra en ellos una identidad común. La celebración del cuerpo, de la sexualidad, del desorden, de la denuncia, de la fiesta y de la comunidad, invierte los valores legitimados, por lo que el rechazo de gran parte del público se vuelve evidente.
Lo contradictorio, o llamativo es que para el año 2001, Sony lanzó un disco que titulo “La Champeta se tomó Colombia”, lo que señala un cambio de dirección en la difusión, el ritmo entra en Bogotá, como en las radios y comienza a mundializarse. Esta especie de “entrada” a nuevos medios y circuitos, será sólo esporádico y evidenciará la intensión de cooptar un ritmo “exótico” para llenar bateas de grandes cadenas disqueras. Esta incipiente aceptación permanecerá luego limitada, el mercado marca sus tiempos y la Champeta poco a poco escapa a ellos, para continuar en la expresión de prácticas locales, manteniéndose en los márgenes de las grandes ciudades.


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