Instrumentos Clandestinos: La Zanfona


Por Mario Efron

En el universo de los instrumentos musicales muchas veces nos encontramos con ejemplares donde se intenta implementar una tecnología simple, o no tanto, que nos permita sistematizar algunas acciones vinculadas con la producción del sonido. Un ejemplo pueden ser los fuelles del armonio que mediante un sistema de pedales insuflan aire a los tubos del instrumento. Otro caso puede ser la pianola en la cual un complejo mecanismo interpreta las perforaciones de una cinta para que el piano “toque solo”. Uno de estos casos interesantes es la zanfona. Se trata de un cordófono de cuerda frotada, cuya forma puede remitirnos a la de un violín, pero en este caso, no es un arco el que frota las cuerdas sino una rueda accionada con una manivela. Esta rueda suele ser de madera y se la impregna con resina para lograr una correcta frotación de las cuerdas. En las zanfonas modernas las cuerdas son de metal y pueden variar su cantidad dependiendo del modelo de instrumento. Lo más común es que cuente con dos o tres cuerdas para hacer la melodía y otras dos que producen un sonido constante cumpliendo la función de pedal. Para variar el largo de las cuerdas y así producir las distintas notas, la zanfona cuenta con un sistema de teclas que presionan las cuerdas. Estas teclas suelen estar divididas en dos hileras, una para las “notas naturales” o las teclas blancas del piano y otra para las alteraciones. Esto lo convierte en un instrumento cromático con una extensión de dos octavas completas.


El antecesor  de la zanfona es el organistrum, un instrumento utilizado en el Medioevo para acompañar música religiosa. Su nombre probablemente es un derivado de un estilo de canto polifónico muy utilizado en esa época llamado organum. Esta forma musical consiste en un canto a dos voces paralelas a distancia de quintas. Con el uso del organistrum era posible conseguir esta armonización en un instrumento musical. 

Este antecesor era mucho más grande que la zanfona actual, podía llegar a medir hasta dos metros de largo y para tocarla era necesario contar con dos ejecutantes, uno para hacer girar la rueda que frota las cuerdas y otro para accionar el mecanismo que cambia la altura de las notas. Este mecanismo era un poco más rudimentario que el usado actualmente y las cuerdas del organistum no eran de metal sino de tripa. 

En el siguiente video podemos ver y escuchar una zanfona. Es interesante prestar atención al efecto que producen las cuerdas que cumplen la función de pedal junto con las cuerdas melódicas, no es de extrañar que el sonido de la zanfona remita al de una gaita.

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