Esta semana compartimos LA RUTA DE LA INFANCIA


Editorial:

Crecer, formarse, adaptarse, constituirse como sujetos. El niño se enfrenta a todos estos desafíos. El objetivo de la sociedad es normalizar al niño. Que pueda insertarse lo mejor posible a los esquemas predeterminados de la familia, la escuela para ser exitoso en su vida como adulto.  El niño tiene sus derechos y deben ser protegidos, pero apenas nace ya es vacunado, medido, testeado, pelado, aseado e inmunizado contra todos los males de este mundo. Contar todos menos contra la humanidad. Humanidad de la cual paradójicamente el niño es parte. Y en el imaginario colectivo de dicha humanidad el  niño es símbolo de libertad, de inocencia, de imaginación. Niñez que es apertura impoluta, no contaminada, añoranza, melancolía. El deseo de recuperar aquello que nos arrebataron es el de volver a la infancia. La alienación de los sueños solo se combate preservando lo niño que habita en nosotros. El juego y la libertad son paladines de la infancia y también de la música. En la semana del “día del niño” escapamos a la lógica mercantilista que hace de los infantes un objeto más del consumo. Nuestro regalo es un recorrido por distintos sonidos del mundo que se han dedicado a fortalecer, estimular y propagar el espíritu de la infancia. Un retorno a la forma antes del uniforme. Reconsiderar nuestra raíz. Volver a disfrutar de una melodía y un acorde por vez primera. Festejamos con verdadero espíritu fraterno, desalambrando fronteras y propagando sueños, el comienzo de una nueva ruta. En el aire ya llega  la ruta de la infancia.

Nicolás Falcoff

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