Sabores Clandestinos (Asturias)

Historia de la Sidra

Por Hernán Navarro

Sidra, canción de Asturias. Nostalgia y armonía;
el corazón maduro con la ansiedad bravía,
y amores que se entregan sin un remordimiento.
La fuente se da al río y el alma se da al viento.
(Alfonso Camín 1890-1982)

El vocablo sidra proviene del griego “sikera” y posteriormente del latín “sicera”. Los asturianos la empezaron a llamar “sizra” y los romanos la denominron “pomus”. De ahí la palabra pomares para mencionar las plantaciones de manzanas en Asturias y diversas regiones españolas.

El poeta y clérigo español Gonzalo de Berceo, nacido en La Rioja a fines del siglo XII, fue el primer escritor conocido en lengua castellana y fue además el primero en escribir la palabra sizra en la literatura, en su obra Vida de Santo Domingo de Silos. Algunos siglos antes, Estrabón ( 63 AC - 24 DC) historiador y geógrafo griego, se refiere a la palabra "zytho" como una bebida fermentada de manzanas. Las escrituras bíblicas también hacen referencia en varias de sus páginas, pero claro que esta bebida no era entonces tal cual la conocemos ahora.

Según algunos textos relacionados a las antiguas civilizaciones griegas, bizantinas y egipcias, el fruto del manzano gozaba de cierta consideración en estas sociedades. No se sabe con exactitud cuál es el origen de la sidra, pero el escritor y militar romano Plinio el Viejo (23-79 D. C.), una vez que entró en Asturias, declaró este elixir como originaria de aquellas tierras.

Si bien entre los romanos prevalecía el consumo de vino, a medida que fueron conquistando tierras, fueron incorporando la bebida elaborada con el fermento de la manzana sólo para fines curativos. Según Palladius, primer obispo cristiano irlandés, los romanos realizaban vino de peras ya en el siglo III. No obstante, hay quienes afirman que la bebida a base de la extracción de fruta proviene de los celtas, que consideraban la manzana fruto de la inmortalidad, aunque los árabes fueron los que la extendieron por toda Europa.

Es sabido que el uso del mosto de manzana proviene de la prehistoria pero, a su vez, la fermentación de la manzana para la producción de la sidra sea –probablemente- posterior, debido a que la fruta no tenía el suficiente azúcar para realizar bebidas fermentadas. En definitiva, en el siglo VIII la sidra ya es medianamente popular (casi todas las personas tenían acceso a casi nada) y bastante conocida por los asturianos.

En la Baja Edad Media, Los Siglos del Gótico, entre el XII y XII, la producción de manzana se convierte en la mayor riqueza arborícola de Asturias. Durante la Edad Moderna, en consecuencia de la falta de alimentos, se priorizan otros productos. La sidra queda por un tiempo de lado, aunque sigue siendo consumida en las fechas festivas.

Tras la Guerra Civil Española (1936-1939), se temió por su desaparición. Los fascistas habían prohibido su producción a causa de la política territorial del régimen franquista. En los años ochentas volvió a incrementarse la plantación y cosecha de los pomares.
En 2004, se declaró denominación de origen a la Sidra de Asturias. De todas formas, el principal productor de esta bebida es Francia.

La sidra es una bebida alcohólica de baja graduación (entre cinco y seis grados) que se elabora a partir de la fermentación del jugo de la manzana durante cinco meses. Es fresca y ácida. Servirla lleva mucha práctica: es de vital importancia seguir al pie de la letra cada movimiento.

Debe ser escanciada desde lo alto, la postura tiene que estar recta; el brazo que sostiene la botella por encima de la cabeza y el que sostiene el vaso debe estar estirado hacia abajo al centro del cuerpo. Entre otras cosas, el servidor deberá procurar que la espuma no permanezca mucho tiempo en el vaso.

Entre las sidras asturianas más conocidas se encuentran la Sidra Natural Tradicional, la Sidra Natural de Nueva Expresión y la Sidra Espumosa. Pueden elaborarse con esta bebida muchos tipos de recetas, ya sea con bacalao, conejo o pollo, entre otros.

Para realizar el bacalao a la sidra se necesitan:

- 4 filetes de bacalao fresco o seco hidratado (pueden hidratarse en sidra);
- 4 tomates más bien maduros;
- 100 gramos de champiñones;
- 1 vaso de sidra seca;
- 1 cucharada de manteca;
- 2 cucharaditas de harina;
- 50 gr. de queso parmesano rallado;
- sal y pimienta.

Para la elaboración:

1) Cortar en rodajas los tomates y champiñones.
2) En una fuente engrasada con la manteca colocar los filetes de bacalao.
3) Cubrir el bacalao con los tomates y los champiñones, salpimentar y regar con la sidra. Hornear 20 minutos.
4) Escurrir el líquido del pescado y reservarlo. Tapar la bandeja y mantenerla caliente.
5) Realizar y roux con la manteca y el harina.
6) Agregar el líquido de la cocción en el roux y cocinar durante dos minutos.
7) Verterlo sobre el pescado y gratinar con el queso rallado.

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