Los pueblos aborígenes australianos comparten una creencia común: la rememoración del “Tiempo del sueño”. Esta creencia señala que en períodos ancestrales varios espíritus emergieron de la tierra y bajaron del cielo, esculpiendo las rocas, los ríos, las montañas, los bosques y los desiertos, y creando a las personas, los animales y las plantas que iban a habitar la tierra. Estos espíritus dictaron los patrones de vida que las personas debían seguir y les enseñaron sus leyes, costumbres y códigos de conducta, así como sus cantos, bailes, y rituales, que fueron la base de la expresión religiosa aborigen.El Tiempo del Sueño transcurrió en la época en que la Tierra era aún maleable y estaba en proceso de formación. En aquel tiempo, héroes de todo tipo llevaron a cabo viajes y hazañas, dejando a sus descendientes una red de sendas y caminos a través de los vastos desiertos australianos. En sus viajes encontraron, y crearon, pozos y manantiales. La supervivencia de los nativos del desierto dependía de que supieran encontrar estos lugares con agua situados a lo largo de las rutas del Tiempo del Sueño. Según las creencias aborígenes el cruce de estos caminos es representado por Uluru, también conocida como Ayers Rocks, uno de los màs grandes monolitos del mundo, que se ubica en el centro de Australia.
Una gran parte de la expresión artística aborigen está relacionada con las leyendas que transcurrieron en el “tiempo del sueño”, así como los rituales y ceremonias que se practican con el fin de preservar los vínculos entre las personas y el mundo espiritual.
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