Durante siglos, en muchas regiones de Rumania, la música tradicional y los bailes han acompañado los momentos más importantes de cada vida. En ningún nacimiento, en ningún bautismo, en ningún casamiento ha faltado la presencia de una banda de músicos que interpretara las canciones que sus antepasados les fueron transmitiendo generación tras generación.
Una de estas agrupaciones traspasó las fronteras de su país y llevó esta música a distintas partes del mundo. Los Taraf de Haïdouks son una docena de músicos gitanos que provienen de un pueblo de Rumania llamado Clejani. Los integrantes de esta banda, cuyas edades van desde los 20 hasta los 80, nunca habían tenido la oportunidad de salir de su lugar de origen hasta que dos músicos extranjeros los conocieron y se entusiasmaron con la idea de dar a conocer esta música al resto del mundo.
Es el grupo más célebre del género de la era post-comunista. Son conocidos como “Taraful Haiducilor”. Su traducción sería “Banda de los Hombres malvados o fuera de la ley”. El nombre del grupo es conocido internacionalmente como “Taraf de Haïdouks”.La agrupación se formó en 1989, poco antes de la muerte del dictador Nicolae Ceausescu. La verdad es que los oriundos de la zona marginada de la villa Clejani son músicos modestos y honestos que en 2002 hicieron estallar la sala Nezahualcóyotl con su energía gitana, su virtuosismo musical y la irreverencia de su alegría.
Clejani es un lugar con un sinnúmero de bandas de gitanos que amenizan bodas y celebraciones locales (gitanos que se dedican a otras actividades pero no profesionalmente a la música). Esa música fue escuchada alguna vez por los belgas Michael Winter y Stéphane Karo, quienes, encantados viajaron al lugar y grabaron en una cinta casera a una banda liderada por el viejo violinista Neculae Neacsu pero con la intención de volver y hacer una grabación profesional.
Quisieron regresar, pero el régimen comunista de Nicolai Caucescu (1987-1989) se los impidió, debido a que los gitanos no eran considerados rumanos. Finalizado el período comunista, muchos de ellos, grandes de edad y enfermos iban a terminar sus días como la mayoría de los gitanos: en el olvido. Los musicólogos regresaron para sacar de gira a un conglomerado de varios de los mejores músicos de la región; el resultado fue Taraf de Haidouks, que editó en 1990 su primer disco.
En ese mismo año, cuando la situación política se tranquilizó, Karo y Winter viajaron a Clejani y, tras conocer a otros músicos de la región, decidieron organizar una gira por Europa con la nueva banda a la cual llamaron Taraf de Haïdouks. Los productores eligieron a seis músicos para la gira, incluyendo a Neacsu y a Ion Manole, un cantante que sorprende por la forma de modular su voz. Pero la presión del resto de los pobladores hizo que se aumentara el número de integrantes hasta alcanzar la docena.
Esta gira le significó el primer contrato de grabación con el sello belga Crammed Discs. El álbum debut de la banda, “Musique des Tziganes de Roumanie”, rápidamente escaló a las primeras posiciones del chart europeos de world music. Este disco les permitió introducir en el mundo occidental la riqueza y el ritmo de la música gitana rumana, deslumbrando y sorprendiendo en cada presentación en festivales, salas de conciertos y clubs de toda Europa, incluyendo su actuación en el Womad de Montreaux.
En 1992, el grupo fue invitado para tocar y grabar en un programa de televisión junto al gran director Yehudi Menuhin. Tuvieron, además, un papel importante en el film “Latcho Drom” del director Tony Gatlif. Dos años después grabaron en Rumania su segundo disco, “Honourable Brigands, Magic Horses and Evil Eye”, el cual fue muy bien recibido por la crítica resultando elegido en Alemania como mejor álbum del World Music. El siguiente, “Dumbala Dumba” se registró en una casa en Clejani a fines del '97. La trayectoria de Taraf también incluye una participación en la banda sonora del film "The Man Who Cried" dirigido por Sally Potter.
Pese a este éxito, durante cada receso, los integrantes regresan a su pueblo continuando su habitual estilo de vida. Incluso se siguen presentando en todos aquellos eventos de la vida cotidiana de la región.
Taraf de Haidouks está integrado por 12 músicos de diferentes generaciones. Todos son originarios de Rumania, menos el clarinetista Filip Simeonov, gitano de Bulgaria. Todos son líricos y han adquirido los conocimientos por herencia familiar. Entre su acústica se pueden escuchar violines, acordeones, címbalos, flautas, contrabajos y voces.
Originalmente los integrantes de la banda eran: Nicolae Neacsu: violín y voz, pero ha fallecido en el 2002; Dumitru Baicu: pequeño cymbalom y voz, fallecido en septiembre 2007; Ion Manole:, violín y voz y también fallecido; Ilie Iorga: voz, originario de Marsa cerca de Clejani; Paul Giuclea: violín y voz y también originario de Marsa; Constantin Boieru Lautaru: violín y voz; Gheorghe Ángel: violín; Gheorghe Falcaru: flauta y contrabajo; Marin Manole: acordeón; Ionitsa Manole: acordeón; Ion Tanase: pequeño y gran cymbalom.
Y los invitados que son ocasionalmente integrantes son: Constantin Sandu: pequeño cymbalom y voz; Florea Parvan: contrabajo, acordeón y voz y Marin Sandu: contrabajo, acordeón y voz. La formación original reunía cerca de 12 músicos y actualmente suelen incluir algunos más llegando a tener 30 artistas en sus filas.
Otros de sus discos son “Honourable Brigands”, “Magic Horses and Evil Eye”, “Dumbala dumbala”. La historia de su vida ha sido plasmada en un largometraje (dirigido por Tony y Elsa Gatlif) y han tenido múltiples participaciones en otras cintas. Pero los Taraf no son profetas en su tierra. Son reconocidos en los cinco continentes; han tocado en foros al lado de músicos como Kronos Quartet, una lástima que en Rumania hayan sido menospreciados.
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