Curupira, la leyenda y la música en la simultaneidad de los tiempos

Por M. Emilia Sganga

Comprender que el pasado, la tradición y la memoria pueden ser vividas y rememoradas de diferentes formas, es cosa seria. Llegar a ese punto hace el camino más complejo y rico para quienes lo transitan, comprender que no existe una única visión de las vivencias pasadas, e inclusive de aquellas que no hemos vivido, que nos han contado, hace que nuestras propias experiencias sean transitadas de formas muy diversas.
La agrupación colombiana Curupira, hoy, es la condensación de variadas experiencias sonoras que se sobreimprimen en diferentes creaciones musicales. Intentando esta cuestión, rica y compleja, de lo que entendemos comúnmente como “recuperar las raíces”. Al mismo tiempo retoman en su propio nombre a la Leyenda de Curupira, un espíritu guardián de animales y plantas de la Amazonía indígena, una especie de duende protector de la naturaleza que recuerda "no tomar del bosque más de lo necesario", poniendo límite a la ambición y a la desmesura. Mitológicamente el Curupira desvía y pone trampas a quienes intentan hacer algún tipo de daño a la zona Amazónica, caracterizado por tener sus píes dados vuelta, es decir, que este ser mira hacia adelante y sus pies se posicionan hacia atrás.
Pensar esto en la agrupación colombiana Curipira, lleva a quien oye su música a esta contradicción necesaria. Comprender la tradición como algo no acabado, como un reelaboración constante, en permanente creación, nos acerca a esta agrupación colombiana.

Los integrantes de ella son: Juan Sebastián Monsalve (director y bajo eléctrico); Jorge Sepúlveda (tambora y batería); David Cantillo (voz líder y percusión); Iván Altafulla (guitarra y cuatro llanero); Richard Arnedo (tambor alegre y batería); María José Salgado (percusión y gaitas); Andrés Felipe Salazar (percusión y gaitas); Urián Sarmiento (gaitas, marimba y percusión). Basan sus sonidos en los ritmos de las costas Pacifica, Atlántica, los llanos orientales y la selva Amazónica, tales como chalupa, fandango, puya, burlengue, champeta, currulao (del Pacífico) y joropo, que se mezclan con ritmos contemporáneos como jazz, rap, rock y funk.
La formación académica de Juan Sebastián Monsalve, el director del proyecto, refleja su inclinación por rescatar la música tradicional colombiana y entrelazarla con otros sonidos y ritmos provenientes de otras culturas, en particular la hindú. Él mismo prefiere denominar lo que hacen como nueva música colombiana, "Es música de vanguardia, pero con base en nuestra tradición folclórica”. Los ocho integrantes que habitan en este proyecto, han dedicado parte de su formación a la investigación de las músicas tradicionales colombianas y algunos de ellos, forman parte de otras agrupaciones como Aterciopelados, Fonseca, La 33 y María Mulata.
Curupira comenzó en el año 2000, ya tienen tres discos finalizados. Su primer trabajo fue “Pa’ lante Pa’ trá”, editado en marzo de 2000, el álbum recogía sonoridades selváticas con sonidos de tambores, maracas y gaitas. Al presentar este disco, los integrantes de Curupira anunciaban: "Estamos caminando hacia un lenguaje propio y actual basándonos en las raíces". El segundo disco de Curupira fue “Puya que te coge” (2001) y el último álbum que editaron fue “El fruto”, donde participan Sixto Silgado Paito y José A. Torres Gualajo, interpretes y compositores de la gaita hembra y de la marimba de chonta, respectivamente. Y contó, además, con el acompañamiento del legendario cantador de llaneros, Cholo Valderrama.
En Curupira cualquier intento de rigidez se desvanece, los géneros y ritmos estallan en pedazos creando sus propios lenguajes, con los que van investigando en forma constante y a los que no se atan, jugando con sus propias propuestas. Creando la posibilidad de expresar dos tiempos diferentes en un sólo espacio, en forma simultánea, intentando reunir actitudes contradictorias, es por esto, quizás, que la leyenda del Curupira, tome vida en la propuesta de este agrupación.

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