Kankurang
Por Estefanía Abamonte
Una vez más África abre las puertas del otro mundo, ese enigmático y mágico mundo donde pertenecen y sobreviven las fantásticas historias y rituales que han forjado sus habitantes desde tiempos extraordinarios. En esta ocasión es el turno de Senegal y de su población transmitir uno de sus tantos rituales.
Se trata del Kankurang, mascarada y rito de iniciación llevado a cabo por el grupo étnico mandinga, establecido en la zona occidental de África en los países de Senegal y Gambia. Se cree que este ritual, que normalmente tendrá lugar durante los meses de Agosto y Septiembre, fue originado por una sociedad de cazadores secreta llamada “Komo” que gracias a su organización contribuyó a la aparición de sociedad mandinga.
El propósito del ritual es la protección de los jóvenes en el pasaje a la adultez. Los iniciados se someten a una circuncisión, y de esta manera son defendidos contra los malos espíritus mientras se inician en la edad adulta representando un arbusto sagrado.
En el Kankurang, el personaje principal es el iniciado, quien bailará con una vestimenta formada de hojas, y corteza de árbol llamada Fara. Llevará un machete en su mano y en al otra un palo. Con ellos demostrará una danza amenazante acompañada cánticos y gritos.
El ritual se compone de diferentes etapas: en primer lugar los más ancianos del poblado designan al iniciado portador de la máscara y disfraz. Se procede con la retirada a la selva del iniciado en una procesión a través de la aldea junto con los que lo acompañarán: antiguos iniciados y habitantes del lugar, quienes ejecutan cantos y danzas, acompañados con el ritmo del tam-tam.
También intervienen diferentes personajes kankurang: “Ifangbondi”, invisible para el ojo humano y protector de los niños iniciados durante la noche posterior a la circuncisión; “Jamba”, es un bailarín enmascarado responsable de asegurarse de que la sociedad del pueblo sea ordenada y disciplinada; Wulengo, protector de los niños circuncidados de los malos espíritus, gente mala y la brujería.
Este ritual senegalés nos ayuda a caer en la cuenta de la importancia del paso a la adultez tanto en nuestra cultura como en otras lejanas… casos y cosas que nos unen a pesar de estar en otros mundos.
Por Estefanía Abamonte
Una vez más África abre las puertas del otro mundo, ese enigmático y mágico mundo donde pertenecen y sobreviven las fantásticas historias y rituales que han forjado sus habitantes desde tiempos extraordinarios. En esta ocasión es el turno de Senegal y de su población transmitir uno de sus tantos rituales.Se trata del Kankurang, mascarada y rito de iniciación llevado a cabo por el grupo étnico mandinga, establecido en la zona occidental de África en los países de Senegal y Gambia. Se cree que este ritual, que normalmente tendrá lugar durante los meses de Agosto y Septiembre, fue originado por una sociedad de cazadores secreta llamada “Komo” que gracias a su organización contribuyó a la aparición de sociedad mandinga.
El propósito del ritual es la protección de los jóvenes en el pasaje a la adultez. Los iniciados se someten a una circuncisión, y de esta manera son defendidos contra los malos espíritus mientras se inician en la edad adulta representando un arbusto sagrado.
En el Kankurang, el personaje principal es el iniciado, quien bailará con una vestimenta formada de hojas, y corteza de árbol llamada Fara. Llevará un machete en su mano y en al otra un palo. Con ellos demostrará una danza amenazante acompañada cánticos y gritos.
El ritual se compone de diferentes etapas: en primer lugar los más ancianos del poblado designan al iniciado portador de la máscara y disfraz. Se procede con la retirada a la selva del iniciado en una procesión a través de la aldea junto con los que lo acompañarán: antiguos iniciados y habitantes del lugar, quienes ejecutan cantos y danzas, acompañados con el ritmo del tam-tam.
También intervienen diferentes personajes kankurang: “Ifangbondi”, invisible para el ojo humano y protector de los niños iniciados durante la noche posterior a la circuncisión; “Jamba”, es un bailarín enmascarado responsable de asegurarse de que la sociedad del pueblo sea ordenada y disciplinada; Wulengo, protector de los niños circuncidados de los malos espíritus, gente mala y la brujería.
Este ritual senegalés nos ayuda a caer en la cuenta de la importancia del paso a la adultez tanto en nuestra cultura como en otras lejanas… casos y cosas que nos unen a pesar de estar en otros mundos.
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Como hablan
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