Tiken Jah Fakoly: el grito un camino, la resistencia una trayectoria

Por M. Emilia Sganga

La historia nunca es una sola, nunca es una línea recta. Lo que no nos inhabilita a pensar en trayectorias, en caminos, en hechos que dejan marcas y de los cuales podemos dar cuenta.
La música como expresión artística, como circulación de experiencias sociales, puede guiarnos en este camino. Podemos así, marcar distintas entradas y salidas en esto que llamamos cotidianamente “historia”, siempre como parte de lo que nos rodea.
Si nos centramos en la trayectoria de Doumbia Moussa Fakoly, más conocido como Tiken Jah Fakoly, podemos entrar y salir de la “historia” sin quedarnos presos de ninguna línea recta.
Nació en Costa de Marfil, ocho años después de que el país logre declarar su independencia de Francia. Comenzó jugando con la música, y poco a poco la fue descubriendo como una forma de denunciar aquello que su familia, amigos y vecinos padecían: la corrupción y la injusticia cotidiana. Al hablar de creencias él postula: "Yo soy musulmán pero utilizo la música rasta como vehículo de mi mensaje. El rastafari es un movimiento al que me adhiero sin problemas. Para mi es serio todo aquello que venga del corazón. No hay contradicciones con mi religión. Solo hay un Dios, aunque cada uno lo vea a su manera".
El respeto, la denuncia y el compromiso social de Tiken Jah Fakoly irrumpieron en la escena musical marfileña, en un momento crucial de la historia del país africano: la muerte de Hophuët Boigny, el dictador a la antigua usanza que dirigió Costa de Marfil entre 1960 y 1993. Y desde entonces su música comenzó a trascender las fronteras, para ir convirtiéndose en un grito de resistencia y construcción. Los conflictos políticos que se sucedieron luego del fallecimiento de Boigny, las disputas entre facciones que se produjeron tras el golpe de estado de Robert Guéï, constituyeron el entramado en el que el discurso de Fakoly (contra la clase política en general y contra Guéï en particular) fue ganando popularidad. Las amenazas hacia él se hicieron cada vez más frecuentes, culminando con el incendio de su casa, la muerte de su amigo, el actor Camara ASH, y su consecuente exilio en Malí, y luego en Francia.

Sonidos que dicen…

Su música se reconoce la influencia de Bob Marley, retoma las bases del reggae, dub y soukouss. En 1999 sale a luz el disco “tours d´historie” (que un año después recorrerá el mundo), en esta producción sus letras de denuncia se hacen cada vez más fuertes y se reparten al cincuenta por ciento entre las lenguas autóctonas y el francés, los coros, los vientos y el reggae son los principales determinantes de esta obra.
En el año 2002 edita el disco “Francafrique”, donde reaparecen canciones del disco “Le caméléon”, editado originalmente en Costa de Marfil, y de otros cortes específicamente compuestos para este trabajo. En él participan los jamaiquinos Sly Dunbar y Robbie Shakespeare, más conocidos como Sly and Robbie.
Desde su exilio participa en numerosos festivales, donde la voz de su denuncia hace eco en numerosos artistas, llevando su mensaje por toda Europa y sin poder regresar a su país.
Para el año 2004 graba en Jamaica su ya séptimo disco “Coup de Gueule (“Grito”)”, colaboran en él Magyd Cherfi (ex-cantante de Zebda) quien participa a la escritura de Tonton d’Amérique (Tío de América), Mouss y Hakim (ex-cantantes de Zebda) quienes participan a la canción Où Tu Veux Que J’aille, Didier Awadi (estandarte del hip-hop senegalés) y Positive Black Soul. Y es aquí donde instrumentos tradicionales como el balafón, adicionan una perspectiva sonora.
Es el año 2007 el que lo encuentra con su último disco editado,”L'Africain”, y en él las identidades toman plena vigencia, las letras acompañan con fuerza el grito por la variedad cultural y por la unidad que en ella existe.
Si como advertimos al principio, la historia no es una, ni lineal, de ello se desprende que las identidades tampoco lo son. Tomar el pasado como propio, reapropiárnoslo, mantenerlo vigente en esa acción, es lo que nos conforma. Desde la música, desde las letras, desde el exilio, Tiken Jah Fakoly grita, denuncia, acciona sobre su pasado, sobre su historia y allí reside su propia trayectoria.


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