Autor: Spencer Holst (Traducción de Mariano Ducros)
Leido por: Diana Tarnofsky
Dos osos blancos viajaban con un pequeño circo. Todas las noches, los dos osos aparecían empujando un carro. Los dos osos habían sido adiestrados para dar vueltas mortales, para hacer trompos, para hacer la vertical y para danzar sobre sus patas traseras, agarrados de la mano, dando los pasos al mismo tiempo. Los osos danzantes, un macho y una hembra, pronto se convirtieron en los favoritos de la multitud. El circo viajó al sur en un tour por la costa oeste que atravesó Canadá hasta California y de ahí hacia abajo llegando a Méjico; recorrió Panamá hasta América del Sur, bajo por los Andes pasando por Chile hasta las islas australes de Tierra del Fuego.
Un día un jaguar se lanzo sobre el presentador, el dueño del circo, y después lastimo mortalmente al domador. El público se disperso alarmado y horrorizado. En la confusión los osos se escaparon. Sin amo, vagaron por su cuenta por las boscosas y ventosas islas subantarticas. Absolutamente solos, en una isla deshabitada, y en un clima que les resultaba ideal, los osos se aparearon, se multiplicaron y después de unas cuantas generaciones poblaron la isla entera. En realidad, después de algunos años, los descendientes de los dos osos se trasladaron a mas de la mitad de las doce islas vecinas; y setenta años más tarde, cuando los científicos finalmente los hallaron y comenzaron a estudiar su comportamiento, se descubrió que todos ellos realizaban espléndidas acrobacias de circo.
En las noches cuando el cielo es brillante y hay luna llena, se reúnen a danzar: los cachorros en el medio y los más jóvenes, alrededor, formando un círculo. Permanecen todos juntos fuera del alcance del viento en el centro de un centelleante cráter hecho por un meteorito que cayo en un lecho de arcilla. Las espejadas paredes son de arcilla blanca. El suelo, liso, esta cubierto de grava blanca y es seco. Ninguna clase de vegetación crece allí adentro.
Cuando la luna se eleva sobre el cráter, la luz que se refleja en las paredes llena el lugar con el agua de luna. El piso del cráter, entonces, es más brillante que cualquier otra cosa cercana. Los científicos especulan que originalmente la luna llena pudo haberles hecho acordar a los dos osos las luces del circo y por esa razón comenzaron a danzar. ¿Sin embargo, habría que preguntarse, qué música es la que bailan los descendientes de los dos osos blancos?
Agarrados de la mano, danzando juntos ... ¿Qué música podrían escuchar dentro de sus cabezas mientras bailan bajo la luna llena y la aurora austral, mientras danzan en un brillante silencio?
Leido por: Diana Tarnofsky
Dos osos blancos viajaban con un pequeño circo. Todas las noches, los dos osos aparecían empujando un carro. Los dos osos habían sido adiestrados para dar vueltas mortales, para hacer trompos, para hacer la vertical y para danzar sobre sus patas traseras, agarrados de la mano, dando los pasos al mismo tiempo. Los osos danzantes, un macho y una hembra, pronto se convirtieron en los favoritos de la multitud. El circo viajó al sur en un tour por la costa oeste que atravesó Canadá hasta California y de ahí hacia abajo llegando a Méjico; recorrió Panamá hasta América del Sur, bajo por los Andes pasando por Chile hasta las islas australes de Tierra del Fuego.
Un día un jaguar se lanzo sobre el presentador, el dueño del circo, y después lastimo mortalmente al domador. El público se disperso alarmado y horrorizado. En la confusión los osos se escaparon. Sin amo, vagaron por su cuenta por las boscosas y ventosas islas subantarticas. Absolutamente solos, en una isla deshabitada, y en un clima que les resultaba ideal, los osos se aparearon, se multiplicaron y después de unas cuantas generaciones poblaron la isla entera. En realidad, después de algunos años, los descendientes de los dos osos se trasladaron a mas de la mitad de las doce islas vecinas; y setenta años más tarde, cuando los científicos finalmente los hallaron y comenzaron a estudiar su comportamiento, se descubrió que todos ellos realizaban espléndidas acrobacias de circo.
En las noches cuando el cielo es brillante y hay luna llena, se reúnen a danzar: los cachorros en el medio y los más jóvenes, alrededor, formando un círculo. Permanecen todos juntos fuera del alcance del viento en el centro de un centelleante cráter hecho por un meteorito que cayo en un lecho de arcilla. Las espejadas paredes son de arcilla blanca. El suelo, liso, esta cubierto de grava blanca y es seco. Ninguna clase de vegetación crece allí adentro.
Cuando la luna se eleva sobre el cráter, la luz que se refleja en las paredes llena el lugar con el agua de luna. El piso del cráter, entonces, es más brillante que cualquier otra cosa cercana. Los científicos especulan que originalmente la luna llena pudo haberles hecho acordar a los dos osos las luces del circo y por esa razón comenzaron a danzar. ¿Sin embargo, habría que preguntarse, qué música es la que bailan los descendientes de los dos osos blancos?
Agarrados de la mano, danzando juntos ... ¿Qué música podrían escuchar dentro de sus cabezas mientras bailan bajo la luna llena y la aurora austral, mientras danzan en un brillante silencio?
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