Desde las tierras de Brasil, nos encontramos hoy, con el escritor Jorge Amado. Si bien podríamos hablar de sus formas expresivas como “realistas”, desde aquí preferimos nombrarlas como descriptivas y mágicas. Escritor que no reniega de sus experiencias, ni se sube al trono de quien observa y analiza, sino que construye desde su propia realidad, desde sus vivencias, aquello que convertirá en texto.
Nacido el 10 de agosto de 1912 en la hacienda Auricidia, pasó su infancia en Ilheus, viviendo de cerca la llamada guerra del cacao, alimentada por la permanente y desigual confrontación entre los terratenientes y los trabajadores rurales (fazendeiros) del Nordeste.
Sus estudios lo acreditan como abogado, recibido en Río de Janeiro, profesión que nunca ejerció, dedicando su vida a la política y al arte.
Recaeremos aquí en su obra “Mar Muerto”, publicada en Río de Janeiro en 1936. Obra en la que profundizó sobre la figura de Iemanjá. Su objetivo, declarado en el prólogo, es contar las historias del muelle de Bahía. Y a ello se dedica en este texto.
En “Mar Muerto”, cobra importancia la figura de los hombres del mar, aquellos que viven y participan de los ritos a la diosa de las aguas, aquellos que sienten que su vida y su destino dependen de la voluntad de Iemanjá. Donde sus identidades y su existencia cobran sentido en el amor y el respeto a dicha deidad., que aparece así descrita por el autor: “la madre del agua es rubia y tiene cabellos largos y anda desnuda bajo las ondas, cubiertas apenas con la cabellera que se vislumbra cuando la luna pasa sobre el mar”. La luna aparece también como un núcleo llamativo en relación a Iemanjá. Pues es cuando la luna no aparece (en las noches de temporales), en las que los hombres de mar naufragan. La relación entre la luna y la aparición de Iemanjá es simbiótica. Las fases lunares representan los periodos de recreación del universo, sostenida en este caso por la figura de Iemanjá. La invisibilidad de la luna se traduce en la muerte para el hombre del mar.
A continuación trascribimos un fragmento del capítulo “Iemanjá de los cinco nombres” del libro “Mar muerto”:
Iemanjá de los cinco nombres - Jorge Amado
Iemanjá, que es la dueña del muelle, de los aveiros, de la vida de sus hombres, tiene cinco nombres, cinco nombres dulces que todo el mundo conoce.
Se llama Iemanjá, siempre se llamó así y ese es su verdadero nombre, de dueña de las aguas, de señora de los océanos.
Pero a los canoeros les gusta llamarla Janaína, y los negros, que son sus hijos predilectos, que danzan para ella y la temen mas que todos, la llaman Inae devotamente o, en sus súplicas, la Princesa de Aiocá, reina de esas tierras misteriosas que se esconden en la línea azul que las separa de las otras tierras. Y las mujeres del muelle, que son simples y valerosas, Rosa Palmeirón, las mujeres de la vida, las casadas, las muchachas que esperan novio, le dicen Señora María, por que María es un lindo nombre, el más lindo de todos, el más venerado y se lo dan a Iemanjá como un regalo, como si le regalaran una caja de jabones a su piedra del Dique.
Ella es una sirena, es la madre del agua, la dueña del mar, Iemanjá, Janaina, la Señora María, Inae, la Princesa de Aiocá.
Ella domina los mares, ella adora la luna, que viene a ver en las noches sin nubes, ella gusta de las músicas de los negros.
1 comentario:
Precioso fragmento, Amado ha marcado mis inicios en la lectura... y cada tanto retorno a su bella obra... En particular Mar Muerto...
un abrazo
Publicar un comentario