Por Magalí Schwartzman
Es un colectivo de producción musical que fue creado en 2001 por cuatro peruanos residentes en distintas partes del mundo, Ramón Pérez Prieto, Grimaldo Del Solar, Rafael Morales y Carlos Li Carrillo.
Su música nace de las influencias de percusiones afro-peruanas y latinas fusionadas con beats downtempo, dub, broken y house.
Durante 2002 el colectivo de Novalima debutó con su primer álbum bautizado “Novalima”. El disco se basa en estilos latinos como el cubano, el afro-peruano, la samba, la bossa y bases electrónicas.
Después de dos años, y luego de unas cuantas presentaciones, el grupo se reunió para finalizar con su segundo disco “Afro”, el cual contiene versiones mezcladas de canciones tradicionales -algunas con más de cien años de antigüedad- afro-peruanas, con ritmos electrónicos, dub, y composiciones propias.
En 2004, Novalima firma con la disquera Outcaste Records UK y graba su primer single del álbum llamado “Ritmos Negros”, con la inclusión de coplas de Nicomedes Santa Cruz (poeta y folklorista), editado en vinilo 12” así como incluido en la compilación “Essential Latin Flavas Dos”. Un par de años después, el colectivo obtuvo el Premio IMA (Independent Music Awards) al Mejor Álbum en la categoría World Fusion.
Dos años más tarde, editaron su último disco, “Coba Coba”, una expresión afro-peruana, donde incluyen canciones como “Concheperla” que fue escrita por la abuela de Rafael Morales, Rosa Mercedes Ayarza, cuando tenía 16 años.
Otra canción del disco es “Ruperta”, con un estilo dub es un tema popular de Zambo Cavero y es acompañada por “Puede Ser”, un rap del grupo de hiphop cubano Obsesión. En este disco, también, han tomado los versos de Nicomedes Santa Cruz, sobre la esclavitud, en África Landó.
Aparece también como invitado el español Gecko Turner, quien incluye su voz a “Tumbala” que es una funky-hypno-groove-afrodance. Y cierra el disco “Bolero” cantado por Pedro Urrutia dándole un toque suave pero electrizante.
Actualmente se encuentran grabando su nueva placa, que contiene más composiciones de ellos, letras muy variadas relacionadas con la esclavitud, y otras más actuales, relacionadas con los sentimientos de cada uno de ellos.
Su música expresa la naturaleza profunda, provocadora y sensual de los ritmos negros, que suenan en Chincha, Cañete y El Carmen, ciudades costeras del sur del Perú habituadas al festejo y al landó.
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