Casos y Letras: Rabindranath Tagore

Por M. Emilia Sganga

"Si cierras la puerta a todos los errores, dejarás fuera la verdad".
"Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas".
R. Tagore

Cada vez que intentamos adentrarnos en expresiones de la India, u otras latitudes lejanas, chocamos con nuestros propios esquemas de percepción y ordenamiento de lo que llamamos “realidad”. En este caso la división entre Oriente y Occidente se nos hace cuerpo, cuando navegamos en este tipo de expresiones artísticas.

Hacer referencia a Rabindranath Tagore, es hacer patente esta dificultad, para tratar de sortearla. De hecho Tagore fue un poeta y filósofo indio que se esmeró por lograr una mejor interpretación y unión entre la cultura occidental e hindú. Su nombre en bengalí era Ravindranatha Thakura y nació en Calcuta el 7 de mayo de 1861.

Escribió su primer poema a los ocho años y en su juventud comenzó a estudiar la poesía clásica de Kalidasa y los Upanishads. Sus escrituras fueron influenciadas por la poesía tradicional, sus primeros poemas, están marcados por la impronta de los poetas devocionales de la India Ramprasad y Kabir. Más tarde se vio influido por la tradición Baoul (música tradicional bengalí), impregnada de religiosidad, amor por la naturaleza y la tierra.

El primer libro de Tagore fue una colección de poemas que apareció cuando tenía 17 años, y fue publicada por un amigo suyo que quería darle una sorpresa.

Por esa época viajó a Inglaterra con la esperanza de convertirse en un abogado. Sin embargo, dos años después, abandonó dichos estudios y regresó a la India.

En su recorrido literario incursionó por todos los géneros, pero fue ante todo un poeta. Entre sus más de cincuenta volúmenes de poesía, podemos nombrar los títulos Manasi (1890), Sonar Tari (1894), Gitanjali (1910), Gitimalya (1914), y Balaka (1916). Obras que se caracterizan por su lenguaje popular, lo que por entonces era muy difícil de aceptar en escritura poética.

También fue autor de varios volúmenes de cuentos y varias novelas, entre ellas Gora (1910), Ghare-Baire (1916) y Yogayog (1929) y escribió obras de teatro, ensayos, diarios de viaje y dos autobiografías, la última de ellas la redactó poco antes de su muerte.

Asimismo incursionó en la pintura y en la composición de canciones para las que también compuso la música.
Fundó en su propiedad bengalí, en 1901 la escuela Santiniketan (morada de paz), para la enseñanza de filosofías orientales y occidentales. En 1921 dicha escuela se convirtió en la Universidad Internacional Visva-Bharati, que basaba su propuesta educativa en el estudio de los Upanishads.

Recibió el Premio Nóbel de Literatura en 1913 y desde entonces recorrió el mundo brindando conferencias. Este reconocimiento hizo que, en 1915 sea nombrado caballero por el Rey Jorge V, título al que renunció después de la matanza de Amritsar en 1919, cuando tropas británicas mataron a 400 manifestantes indios e hirieron a más de mil doscientos. La matanza se perpetuó durante una celebración sikh, mientras se festejaba el primer día de cosecha. Luego de este trágico episodio, Tagore renunció al título otorgado por el Rey inglés.
Dentro sus composiciones podemos hallar la canción“Jana Gana Mana” (“El Espíritu de todo el Pueblo”), que a partir de 1950 fue adoptada como Himno Nacional por la India. Quien entona esta canción, se canta a sí mismo y al pueblo al que pertenece, y de esta manera, el futuro de la tierra y de la cultura permanece en manos de quien entone estos versos. Pero no se trata sólo de una responsabilidad individual sino, que al mismo tiempo, se convierte en la responsabilidad de toda la comunidad que no es sino un reflejo de la presencia divina. También la canción, “Amar Sonar Bangla”, se convirtió en el Himno Nacional de la República de Bangladesh.

Tagore falleció el 7 de agosto de 1941, en la casa donde nació, en su hogar ancestral: Calcuta.



Del libro Gitanjali (fragmentos)

Creí que mi último viaje tocaba ya a su fin, gastado todo mi poder; que mi sendero estaba ya cerrado, que había ya consumido todas mis provisiones, (morada de paz) que era el momento de guarecerme en la silenciosa oscuridad.
Pero he visto que tu voluntad no se acaba nunca en mí. Y cuando las palabras viejas se caen secas de mi lengua,
nuevas melodías estallan en mi corazón; y donde las veredas antiguas se borran, aparece otra tierra maravillosa.

Estoy llorando, encerrado en la mazmorra de mi nombre. Día tras día, levanto, sin descanso, este muro a mi alrededor;
y a medida que sube al cielo, se me esconde mi ser verdadero en la sombra oscura.
Este hermoso muro es mi orgullo, y lo enluzco con cal y arena, no vaya a quedar el más leve resquicio. Y con tanto
y tanto cuidado, pierdo de vista mi verdadero ser.


Himno de la India “Jana Gana Mana”

Gloria a ti, que riges nuestros corazones y del destino de la India!
de Punjab, Sind, Gujrat, y Maharashtra,
la tierra del Dravids, Orissa, y Bengala,
el Vindhyas y el Himalaya, el Jamuna
el Ganges y a las ondas incesantes del océano,
todo asciende a ti con su justo nombre y busca tus bendiciones
cantándote su himno de la alabanza.
¡Gloria a ti, diosa de la fortuna de la India!
¡viva, viva, viva por siempre!
Día y noche, la llamada se extiende sobre tu tierra
y oímos la voz de la salvación.
Hindúes, budistas, sikhs, jains,
parsees, musulmanes y cristianos,
vienen del este y del oeste al pie de tu trono,
cantándote su canción de la devoción.
¡Gloria a ti, que uniste nuestros corazones
y nos das buena fortuna!
¡viva, viva, viva por siempre!

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