Sobre LAS HUELGAS...



“Conseguirás el pan con el sudor de tu frente” declaró al ser humano su creador mientras lo expulsaba del edén. Lo cierto es que desde que existen las civilizaciones humanas y su historia el trabajo es algo ineludible e inevitable en la tierra.

Lo cierto también es que el trabajo determina gran parte del espectro del accionar humano y del modo en el cual se construyen las relaciones y los vínculos. Trabajar con quién, para quién y para qué. Vivir para trabajar o trabajar para vivir. Estas son algunas de las cuestiones que acecharon siempre a los pueblos.

Si todos trabajáramos para todos y por todos el mundo sería realmente otro. Pero las sociedades se han constituido a partir de jerarquías que han impuesto la lógica de que sean muchos quienes trabajan para pocos. Es así que esos muchos sudan de sol a sol apenas para lograr sustentar su pan, pero sobre todo, para segurar con creces la comodidad de los de arriba (a ellos si que no puede faltarles nada). A pesar del arduo trabajo de la mayoría para que que a esos pocos no les falte nada, el hambre es cosa de muchos.

La culpa no es del trabajo sino del foco. El otro mundo posible nace cuando el “nosotros” inclusivo y abierto es prioridad, cuando el trabajar para se transforma en trabajar con; cuando en cada fruto se agradece el trabajo que le dio cuerpo y cada esfuerzo se hace por ese “nosotros” sin pensar en los frutos. Es ese el trabajo digno, trabajo colectivo de todos y para todos.

Tanto el sudor como el pan deben ser siempre compartidos. La huelga de las rutas es el reconocer todos los caminos que con arduo esfuerzo han construido quienes trabajan para un otro mundo posible sin amo ni patrón.

Nicolás Falcoff



Si lo que se globalizara fuera la esperanza y no el desasosiego. Si lo común mas allá de las fronteras fuera el compartir y no el tener. Si los procesos de desarrollo y supuesto progreso de las sociedades estuvieran focalizados en el “otro” heterogéneo y no en el “mismo” igual a sí. Si el trabajo fuera semilla que brota en la tierra y no látigo que visible o invisible golpea las espaldas de hombres y mujeres. Si fuera apertura que dignifica y no una clausura alienante. Si las fronteras fueran accidentes meramente circunstanciales no para tipificar el delito de contrabando, sino para globalizar el encuentro y el intercambio; los mapas serían otros, muy otros. Si trabajador fuera sinónimo de ser humano la humanidad como conjunto de hombres y mujeres sería otra muy otra.

Nicolás Falcoff




La huelga es inherente al trabajo capitalista; desde que existen patrones, y más aún desde que existe trabajo asalariado, los trabajadores se han negado a trabajar como forma de protesta y para lograr cambios en sus condiciones laborales.

Se podría pensar que lo que en realidad dignifica del trabajo es la lucha por hacerlo más justo, por recuperar la integridad de la persona que trabaja y des-alienar su vida.

La huelga organizada es la experiencia de encontrarse y reconocer la opresión, y la posibilidad de luchar contra ella. Y es tal vez un paso hacia la soberanía, hacia una forma no explotadora y verdaderamente digna de organizar socialmente el trabajo.

Verónica Gelman

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