La Zamacueca

Comienzos

La zamueca proviene del mestizaje cultural (y de ahí su riqueza) entre la forma corista de origen africano, y el temperamento del lamento gitano. Su origen se establece en Lima, en la época del virreinato de Perú y con el transcurso del tiempo la zamueca arribó en Chile derivando en la cueca chilena. De Chile su viaje continuó hacia Argentina donde se la conocerá como cueca cuyana y, como todo viaje musical, extendió su espíritu en Bolivia y el norte argentino para convertirse en la cueca norteña.

Quizás a muchos les resuene más el nombre marinera, puesto que luego de la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile, los peruanos denominaron a la zamacueca de estilo norteño como marinera, en honor a la Marina que actuó en la guerra del Perú.

La zamacueca rápidamente se desparramó por el campo, y se hizo presente en tabernas al límite de la ciudad donde la fiesta era el signo característico mientras se comía, se tomaba, se cantaba y se bailaba al son del arpa y las guitarras.



Portada de la partitura de “Zamacueca sentimental” para canto y piano de A. Hüguel, Valparaíso: Carlos Brandt, ca. 1890.

Su triunfo en los salones se puede observar en la oferta de partituras: ocupaba un tercer lugar en las ediciones chilenas de la segunda mitad del siglo XIX, luego de los dos bailes que dominaban la escena de entonces, el vals y la polka. Las partituras para piano, guitarra o instrumentos de estudiantina abundaban en Chile porque en ese entonces, si se quería escuchar música en casa, había que tocarla.





El atractivo en su ritmo

En la zamacueca limeña el baile enciende las pasiones de las personas porque se personifica una situación erótica y sensual entre el hombre y la mujer. Es un baile de pareja suelta en el que se representa el asedio amoroso de una mujer por parte de un hombre. De hecho, proviene de la terminología de zamba o clueca, ya que alude a este acoso del hombre hacia la mujer






También se encuentra la zamacueca clásica o Canto de Jarana o Marinera limeña donde se finaliza con la Resbalosa, siendo un género culto. El canto de jarana es una forma más hispana o gitana donde el lamento y la rebeldía se hacen carne.



A bailar

Como se dijo anteriormente, la zamacueca es un baile de galanteo, por eso la coreografía que trae consigo son movimientos que configuran el acorralamiento de un hombre a su mujer con el objetivo de conquistarla y la mujer intentará -con gracia- huir del mismo. La composición de la danza es sencilla: con vuelta simple o doble que insinúa e invita con el golpe pélvico (vacunau) que se da en la mayoría de Danzas negras del Perú simbolizando posesión sexual.


En esta danza del folklore peruano, en que las parejas combinan palmas y vigorosos zapateos con insinuante movimiento a las caderas, es muy importante resaltar el trabajo rítmico que realizan. Porque danzan moviendo su cuerpo al compás bien marcado de los instrumentos de percusión que ya forman parte de un nuevo aporte folklórico: el cajón, la cajita, el cencerro e inclusive la quijada de burro.


Actualmente, esta danza está recreada, puesto que posee influencias de ritmos afro peruanos que modifican también la vestimenta. Este atuendo que lucen los bailarines es, en realidad, de vestir diario y de campo donde se aprecia una auténtica vestimenta del negro peruano con vestidos largos a media pierna, medias gruesas y largas, alpargatas y un pañuelo recogiendo el pelo o un sombrero de paja que protege la cabeza del fuerte sol al que estaban expuestos los negros peruanos en las chacras y cañaverales costeños del Perú, inclusive desde épocas de esclavitud.




Zamacueca Perú Negro



Las zamacuecas en sus diferencias y semejanzas



En todas las zamacuecas, por más que presenten diversidades debido a las regiones, las danzas de pareja mixta se realizan con un pañuelo. Antes de comenzar con el desarrollo coreográfico se realiza el protocolo del paseo. Luego, la danza se desarrolla inicialmente dentro de una circunferencia donde un hemisferio corresponde al espacio femenino y el otro al masculino. Pero aquí comienzan a presentarse algunas modalidades regionales distintivas.


En Cuyo, por ejemplo, el baile se inicia con vuelta entera, a diferencia de Lima donde se realiza ½ vuelta con ½ giro y ½ vuelta con ½ giro. En Chile, en cambio, ambas figuras son tradicionales, junto a un tercer desplazamiento particular con que alternativamente se puede iniciar el baile: avance por la derecha y retroceso por la izquierda de cada bailarín en forma simultánea. Se continúa con desplazamientos semicirculares confrontados manteniendo el orden hemisférico antes descrito, con idas y regresos. A este desplazamiento se le llama en Chile medias lunas, en Perú contorneos y en Cuyo arrestos, todos ellos con leves variaciones individuales, detenciones en el puesto, trazos cortos de avance y retroceso y cambios de frente o de hemisferio entre la pareja.


Los pasos son generalmente caminados, valseados y escobillados. Un caso particular es Chile donde además, se da el paso zapateado de acuerdo a la circunstancia y rasgos de la personalidad de cada bailarín.


La actitud corporal demanda la apostura de un cuerpo más bien erguido, movimientos armoniosos y equilibrados. Un pañuelo en la mano derecha que en nivel alto, medio o bajo contribuye a la expresión emocional del bailarín y a la creación de un ánimo, a modo de una expresión no verbal e íntima que nada tiene que ver con los actuales revoloteos externos, la mayoría de la veces destemplados y sin sentido.


Respecto de esta prenda accesoria de la danza, la tendencia en el Perú es realizar con ella un despliegue señorial, de movimientos lentos y amplios, serpenteantes en Argentina y ondulante en Chile... todo ello alternado con momentos de quietud que también son expresivos.



· Marinera limeña (Perú)



En el Perú, la marinera limeña la han cantado mujeres, como Bartola Sancho Dávila pero, al igual que la chilenera o brava, tiene preeminencia el canto del trío masculino. En los ambientes de la jarana limeña puede ocurrir que haya dos grupos de músicos morenos que cantaban en una especie de duelo con acompañamiento de cajón y guitarra. Similares confrontamientos solían darse en barrios del bajo fondo y burdeles chilenos, entre grupos de tres o cuatro cantores con acompañamiento obligado de guitarra y pandero, siendo opcional el piano, acordeón, batería, etc.



· Modalidad de cueca chilena, brava o chora (Valparaíso, Santiago en Chile)



El estilo chilenero ha tenido notables cultores como lo fueron Mario Catalán y el Dúo Rey-Silva, el Tumbadito, el Guatón Zamora y los señeros hermanos Roberto, Lautaro y Eduardo Parra. Actualmente, se pueden escuchar a los Chileneros, cuya figura más fulgurante es Hernán Nuñez. Pese a la innegable presencia masculina, han habido mujeres que se suman a esta lista: las Huasas Andinas, las hermanas Hilda y Violeta Parra y hasta no hace mucho tiempo, en lo bares del puerto de Valparaíso se podía escuchar a Margarita Torres.



· Modalidad regional de la cueca Cuyo (Argentina)



A diferencia de la chilenera, que sólo se ha cantado en ambientes de la caramba, la limeña y la cueca, en Cuyo han tenido su expresión entre la clase más acomodada. En Lima habría que mencionar a Doña Rosa Mercedes Ayarza, viuda de Morales, una pianista que dispuso su técnica para la interpretación del folklore en el salón, donde la interpretación fue siempre medida, cuidadosa e incluso, académica.


En Cuyo quien lleva la batuta ha sido don Alberto Rodríguez, un músico y estudioso que ha captado en la hondura medular de la tierra, la forma y el estilo de la tonada y la cueca. En el medio popular cuyano es relevante la figura del dúo masculino acompañado de guitarras punteadas en un tempo reposado y cadencioso. Aquí se podrían mencionar al dúo de Juan Carlos Schippa y Oscar Monge.



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