

Según la leyenda, Párvati tuvo a su hijo mientras Shivá, su padre, estaba en la guerra contra los asuras, o sea los demonios. Un día Párvati fue a bañarse, y le pidió a Ganesha que vigilara la puerta del aposento. En ese momento, Shivá regresó de la guerra y no reconoció a Ghanesa y enfurecido, lo decapitó. Cuando se dio cuenta de que había matado a su hijo, Shivá bajó a la tierra con la promesa de darle a su hijo la cabeza del primer ser que encontrara a su paso. Resultó ser un elefante.
En los viajes o bodas es la deidad presente, y en general, antes de emprender alguna empresa difícil, es costumbre encomendarse a Ghanesa, porque como dios de los caminos, hará que lo que se empiece en ese momento llegue a buen puerto.
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