En los siglos XV y XVI se cultivó en España la forma poético-musical del villancico. Populares entre nobles y plebeyos, consistían en poesías de temas sagrados o amorosos montadas en música. Con el tiempo se les llamó villancicos a cantos religiosos con la temática de la Navidad o la vida de Cristo, a diferencia de otros que trataban asuntos más profanos: los aguinaldos.
El aguinaldo proviene del villancico español. La voz villancico se aplicaba en España para definir las canciones de villanos o gentes de las villas en diferentes épocas del año.
Con la colonización se introducen a Puerto Rico los ciclos de villancicos de aguinaldos de la época navideña, géneros que comienzan a transformarse en dos categorías musicales:
En Puerto Rico, el aguinaldo campesino se desarrolla en diversos estilos o variantes regionales que se identifican con nombre y apellido. Así por el estilo existen el aguinaldo isabelino de Isabela, el aguinaldo orocoveño de Orocovis y el aguinaldo yumac de Camuy (yumac al revés).
Los aguinaldos jíbaros se transforman en géneros musicales criollos incorporando ritmos negros, de clave, y ritmos indoamericanos, utilizando instrumentos autóctonos como el cuatro y el güiro puertorriqueño, asignándole al jíbaro una función social específica durante la época navideña, que es la de llevar música en parrandas y trullas a familiares y amigos.
Aguinaldo y trullas
Como se dijo, el aguinaldo llegó a Puerto Rico junto con el villancico. Fue, en origen, polifónica pero rápidamente quedó como una simple melodía cantada y acompañada por instrumentos. Estos instrumentos de pueblo son: vihuelas, panderetas, pitos, cencerros y castañuelas.
En Puerto Rico la costumbre se transformó en la trulla: una fiesta progresiva, en la que un grupo de amigos, provistos de instrumentos, va armando fiesta de casa en casa, aumentando el grupo con los residentes de las casas visitadas hasta terminar en una gran fiesta o asalto en una residencia a cuyo dueño se le ha prevenido de la visita.
Estas parrandas o trullas se hacen con un propósito mítico o mágico-religioso específico que es el de solicitar protección divina a los miembros de la comunidad por medio de promesas navideñas que se le ofrecen a los Reyes Magos, a la Virgen, o al Niñito Jesús.
En Puerto Rico, el aguinaldo ha desplazado al villancico en la tradición de Navidad. Los cantos navideños de los aguinaldos versan en gran mayoría sobre temas más profanos, la comida, la fiesta, y el amor erótico. Así fueron corrompiéndose con ritmos de guaracha y otras combinaciones urbanas importadas de otras islas.
Se puede decir que el aguinaldo es el hermano menor del seis. El aguinaldo representa el canto de la décima octosílaba y cuando se utiliza en rituales de música navideña, se canta tradicionalmente fuera de la casa. Al entrar a la casa entonces se canta un seis. Esta tradición del aguinaldo afuera y el seis adentro arropa a todo Puerto Rico.
Con la colonización se introducen a Puerto Rico los ciclos de villancicos de aguinaldos de la época navideña, géneros que comienzan a transformarse en dos categorías musicales:
- Los cantos jíbaros puertorriqueños que se identifican como aguinaldos jíbaros; y
- El villancico, que mantiene su nombre original español pero asociado a la canción navideña. Como canción navideña, el villancico, similar al Christmas Carol europeo, o americano, se convierte en una especie de canción navideña, folklórica, popular o clásica.
En Puerto Rico, el aguinaldo campesino se desarrolla en diversos estilos o variantes regionales que se identifican con nombre y apellido. Así por el estilo existen el aguinaldo isabelino de Isabela, el aguinaldo orocoveño de Orocovis y el aguinaldo yumac de Camuy (yumac al revés).
Los aguinaldos jíbaros se transforman en géneros musicales criollos incorporando ritmos negros, de clave, y ritmos indoamericanos, utilizando instrumentos autóctonos como el cuatro y el güiro puertorriqueño, asignándole al jíbaro una función social específica durante la época navideña, que es la de llevar música en parrandas y trullas a familiares y amigos.
Aguinaldo y trullas
Como se dijo, el aguinaldo llegó a Puerto Rico junto con el villancico. Fue, en origen, polifónica pero rápidamente quedó como una simple melodía cantada y acompañada por instrumentos. Estos instrumentos de pueblo son: vihuelas, panderetas, pitos, cencerros y castañuelas.
En Puerto Rico la costumbre se transformó en la trulla: una fiesta progresiva, en la que un grupo de amigos, provistos de instrumentos, va armando fiesta de casa en casa, aumentando el grupo con los residentes de las casas visitadas hasta terminar en una gran fiesta o asalto en una residencia a cuyo dueño se le ha prevenido de la visita.
Estas parrandas o trullas se hacen con un propósito mítico o mágico-religioso específico que es el de solicitar protección divina a los miembros de la comunidad por medio de promesas navideñas que se le ofrecen a los Reyes Magos, a la Virgen, o al Niñito Jesús.
En Puerto Rico, el aguinaldo ha desplazado al villancico en la tradición de Navidad. Los cantos navideños de los aguinaldos versan en gran mayoría sobre temas más profanos, la comida, la fiesta, y el amor erótico. Así fueron corrompiéndose con ritmos de guaracha y otras combinaciones urbanas importadas de otras islas.
Se puede decir que el aguinaldo es el hermano menor del seis. El aguinaldo representa el canto de la décima octosílaba y cuando se utiliza en rituales de música navideña, se canta tradicionalmente fuera de la casa. Al entrar a la casa entonces se canta un seis. Esta tradición del aguinaldo afuera y el seis adentro arropa a todo Puerto Rico.
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