Tambores Batá

Los tambores batá son una familia de tres tambores consagrados. En Cuba, los tambores batá constan de un conjunto de tres cilindros cónicos de diversos tamaños. Iya, el más grande, es al que se refiere como “la madre del tambor”. Itótele, el mediano y Okónkolo, el más pequeño. En Cuba es común ver a los tambores decorados con pequeñas campanas y carillones.
Estos tambores tienen dos membranas hábiles de distintos diámetros, que se percuten en juego y están apretadas por un aro y tensadas por correas o tirantes de cuero o cáñamo que van de uno a otro parche en forma de N.

Este sistema de tensión está unido y atado al cuerpo del tambor por otro sistema de bandas transversales que rodean la región central de la caja de resonancia. Esta descripción es común a los tres tambores, diferenciándoles morfológicamente las dimensiones.
En Cuba, los batás sagrados son tocados en todas las ceremonias que corresponden a la religión Yoruba proveniente de Nigeria. Los tambores sagrados tiene sus secretos y ritos sobre su construcción, quién los puede tocar, cómo tocarlos, y cómo cuidarlos. Estos tambores son tratados como seres vivos con nombres, y sentimientos. Una persona no consagrada no puede tocar los tambores batá, así como, por ejemplo, tampoco los tambores no pueden tocar el piso.

Orígenes

Los esclavos de Nigeria fueron llevados a Cuba en los años 1820-1860 de los cuales 275 mil pertenecían a la religión Yoruba. Ellos llevaron consigo sus creencias religiosas lo que derivó en lo que hoy se conoce como la religión llamada Likumí que sería la Santería o Regla de Osha en Cuba.
La reconocida continuidad cultural del sujeto africano en América se puso de manifiesto en variadas formas de comunicación como la música, la danza, el lenguaje y en objetos vinculados a las artes plásticas. Sin embargo, no existen dudas de que la mayor persistencia de todos estos comportamientos se hace más evidente en las expresiones de religiosidad popular.
Siendo la Santería, o la Regla de Osha, una religión desarrollada en Cuba basada de la religión de los Yorubas y con influencias de otros grupos étnicos africanos, también se hizo presente el batá.
Es un instrumento clave en la práctica de esta religión porque los tambores batá pueden hablar, ya que se usan tradicionalmente para rezar, cantar poesías etc. Los tambores se tocan al mismo tiempo (a menudo con un sonajero o “atchere”) para crear múltiples ritmos, composiciones, o “toques” de la Santería durante las ceremonias.

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