El yaraví es un género musical mestizo peruano derivado del harawi incaico. Se expandió por gran parte de la región andina, sobre todo desde su lugar de nacimiento que fue Arequipa; para luego extenderse por Huamanga, Cusco y Huanuco en Perú. Llegó también a la sierra norte del Perú para luego pasar a la sierra de Ecuador y Bolivia años más tarde.
Originalmente, el harawi indio prehispánico era un canto ritual elegíaco, de despedida o fúnebre, no sólo limitado a lo amoroso porque yaraví luego fue sinónimo de canto triste, de desamor, de separación y pérdida. Se acompañaba con la quena o flauta de hueso.
El yaraví mestizo, cristalizado a comienzos del siglo XIX, era de índole más romántica, ligado a las nostalgias del amor distante o perdido. Musicalmente, Arequipa es el yaraví, es canto íntimo de atardeceres Se diría que es música de soledades porque nació en un corazón solitario y acongojado.
Quienes componían los yaravíes eran poetas del Romanticismo, dando este nombre a composiciones breves, amorosas y melancólicas de la lírica indígena. A lo largo de los siglos XIX y XX, Arequipa, ciudad apegada a los principios liberales y cívicos, experimentó revoluciones de alcance regional y nacional a cuyo fragor, autores anónimos compusieron muchos de los más hermosos yaravíes; inspirados por la temprana y heroica muerte del poeta romántico Melgar (uno de los mayores compositores de las letras de éste género).
Muchos de estos compositores populares tomaron las letras de sus prosas, inmortalizando su figura no sólo como precursor de la poesía romántica latinoamericana, sino como icono fundacional del nuevo yaraví mestizo.
El yaraví, en la época de Mariano Melgar, cruzó el linde de la aldea y voló por el sur del Perú y el Alto Perú, hasta Tucumán, en las voces y las guitarras de los traficantes y de los soldados de Goyeneche y Tristán.
Si bien una voz, una pena hecha poesía y una guitarra al borde del llanto bastan para hacer un yaraví, los dúos y los tríos de voces, las quenas y los charangos pueden darle un sabor especial y una extraordinaria belleza.
La canción más conocida de este estilo es “El cóndor pasa”, una canción tradicional que inspiró una obertura sinfónica del compositor peruano Daniel Alomía Robles (foto) y que fue popularizada en los Estados Unidos por el dúo Simón & Garfunkel.
Otro yaraví muy famoso y bello es “La despedida”, la letra fue escrita por el médico moqueguano Lino Urquieta. Este fue uno de los mayores líderes de los liberales de inicios del siglo XX en Arequipa, donde residía. Fue deportado en 1904 a Bolivia, producto de la intensa gesta liberal revolucionaria de la Blanca Ciudad.
El yaraví mestizo, cristalizado a comienzos del siglo XIX, era de índole más romántica, ligado a las nostalgias del amor distante o perdido. Musicalmente, Arequipa es el yaraví, es canto íntimo de atardeceres Se diría que es música de soledades porque nació en un corazón solitario y acongojado.
Quienes componían los yaravíes eran poetas del Romanticismo, dando este nombre a composiciones breves, amorosas y melancólicas de la lírica indígena. A lo largo de los siglos XIX y XX, Arequipa, ciudad apegada a los principios liberales y cívicos, experimentó revoluciones de alcance regional y nacional a cuyo fragor, autores anónimos compusieron muchos de los más hermosos yaravíes; inspirados por la temprana y heroica muerte del poeta romántico Melgar (uno de los mayores compositores de las letras de éste género).
Muchos de estos compositores populares tomaron las letras de sus prosas, inmortalizando su figura no sólo como precursor de la poesía romántica latinoamericana, sino como icono fundacional del nuevo yaraví mestizo.
El yaraví, en la época de Mariano Melgar, cruzó el linde de la aldea y voló por el sur del Perú y el Alto Perú, hasta Tucumán, en las voces y las guitarras de los traficantes y de los soldados de Goyeneche y Tristán.
Si bien una voz, una pena hecha poesía y una guitarra al borde del llanto bastan para hacer un yaraví, los dúos y los tríos de voces, las quenas y los charangos pueden darle un sabor especial y una extraordinaria belleza.
La canción más conocida de este estilo es “El cóndor pasa”, una canción tradicional que inspiró una obertura sinfónica del compositor peruano Daniel Alomía Robles (foto) y que fue popularizada en los Estados Unidos por el dúo Simón & Garfunkel.
Otro yaraví muy famoso y bello es “La despedida”, la letra fue escrita por el médico moqueguano Lino Urquieta. Este fue uno de los mayores líderes de los liberales de inicios del siglo XX en Arequipa, donde residía. Fue deportado en 1904 a Bolivia, producto de la intensa gesta liberal revolucionaria de la Blanca Ciudad.
1 comentario:
Hola compatriotas arequipeños
Llegó a mis manos una una separata de Cornejo Polar en que refería que el yaravi se origina en 1777 y es el canto de los mestizos de quechuas, collas y aymaras que asentaron en los alrededores de la entonces naciente Arequipa y que reciebieron pequeñas parcelas para cultivar y que luego compraron.
Podrían darme la letra del primer yaraví
Un abrazo desde Lima
Raquel
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