Los Tuareg
Por Estefania Abamonte
El desierto del Sahara es el más grande del mundo. Extendido en 9 millones cuadrados por el suelo africano, y dueño de condiciones inhóspitas para la vida del ser humano, resulta casi imposible imaginar cómo preexisten todavía los pueblos nómades.
La sequedad, las temperaturas extremas y aridez del desierto, no impidieron al último pueblo nómada, seguir viajando por las incansables arenas del Sahara. Ellos son los Tuareg, un pueblo que ha desarrollado un sistema económico y de relaciones sociales que les ha permitido sobrevivir en el desierto y que hoy lo conforman aproximadamente 1 millón y medio de personas.
Los Tuareg, también son conocidos como “hombres azules”, haciendo referencia al color índigo de su vestimenta. Debido a la transpiración, los pigmentos de tinta azul se impregnan en su piel dando un característico color azul. Otra característica es que los hombres cubren toda su cara, sólo dejando ala vista sus ojos, mientras que las mujeres no usan velo.
Aunque parezca que su origen no puede ser otro más que las dunas que les rodean, varias son las hipótesis: algunos investigadores afirman que son descendientes de los libios, otros de los numidios, otras decían que eran una mezcla de egipcios y etíopes. Lo cierto es que forman parte de la etnia bereber.
La versión de su origen más fabulosa de todas, viene de la mano de un mito que cuenta que estos hombre azules, son descendientes de una tribu proveniente de Venus. Algo terrible sucedió en este planeta que hizo que parte de sus habitantes huyeran hacia la tierra y fundaron la Atlántida.
Dicen algunas tradiciones que fundaron la civilización egipcia y que los jefes más antiguos de la dinastía eran atlantes de raza pura. Entre ellos los dioses egipcios Ammón y Shu, que en la mayoría de las representaciones aparecen con la piel azulada..
Finalmente, los Tuareg, o los “abandonados de Dios”, como los llaman los árabes, fueron, justamente abandonados en el medio del desierto por los dioses provenientes de Atlanta, y desde ese momento se desplazaron por este mar de arena en la búsqueda de su supervivencia y de alimento para sus camellos, sus ovejas y sus cabras.
Por Estefania Abamonte
El desierto del Sahara es el más grande del mundo. Extendido en 9 millones cuadrados por el suelo africano, y dueño de condiciones inhóspitas para la vida del ser humano, resulta casi imposible imaginar cómo preexisten todavía los pueblos nómades.
La sequedad, las temperaturas extremas y aridez del desierto, no impidieron al último pueblo nómada, seguir viajando por las incansables arenas del Sahara. Ellos son los Tuareg, un pueblo que ha desarrollado un sistema económico y de relaciones sociales que les ha permitido sobrevivir en el desierto y que hoy lo conforman aproximadamente 1 millón y medio de personas.
Los Tuareg, también son conocidos como “hombres azules”, haciendo referencia al color índigo de su vestimenta. Debido a la transpiración, los pigmentos de tinta azul se impregnan en su piel dando un característico color azul. Otra característica es que los hombres cubren toda su cara, sólo dejando ala vista sus ojos, mientras que las mujeres no usan velo.
Aunque parezca que su origen no puede ser otro más que las dunas que les rodean, varias son las hipótesis: algunos investigadores afirman que son descendientes de los libios, otros de los numidios, otras decían que eran una mezcla de egipcios y etíopes. Lo cierto es que forman parte de la etnia bereber.
La versión de su origen más fabulosa de todas, viene de la mano de un mito que cuenta que estos hombre azules, son descendientes de una tribu proveniente de Venus. Algo terrible sucedió en este planeta que hizo que parte de sus habitantes huyeran hacia la tierra y fundaron la Atlántida.
Dicen algunas tradiciones que fundaron la civilización egipcia y que los jefes más antiguos de la dinastía eran atlantes de raza pura. Entre ellos los dioses egipcios Ammón y Shu, que en la mayoría de las representaciones aparecen con la piel azulada..
Finalmente, los Tuareg, o los “abandonados de Dios”, como los llaman los árabes, fueron, justamente abandonados en el medio del desierto por los dioses provenientes de Atlanta, y desde ese momento se desplazaron por este mar de arena en la búsqueda de su supervivencia y de alimento para sus camellos, sus ovejas y sus cabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario