Mojarra Eléctrica: el ritmo en la calle

Por M. Emilia Sganga

Allá por el año 2001, uno podía pasearse por las calles de Bogotá y encontrarse con “Pescado Frito”. Un grupo de músicos que con sus ritmos intentaban modificar y alterar el barullo de la ciudad, por entonces sus instrumentos eran bombo, platillos, redoblante, saxofón y clarinetes, cuando agotaban su repertorio, se mudaban de calle, para alterar a otros transeúntes.
Al incluir la guitarra eléctrica y el bajo, la propuesta cambió y con ella cambió su nombre. Dejaron de ser “pescado Frito” para ser “Mojarra Eléctrica”, y la explicación de este nombre está justamente en la mezcla entre lo eléctrico de la ciudad y la mojarra, un plato típico de la costa colombiana. Sintetizando, al mismo tiempo, esa cohesión entre las “raíces populares”, la ciudad, el jazz y las costas marítimas por partida doble: la del Mar Pacífico hacía el occidente y la del mar Atlántico por el Nororiente. Ambas con una fuerte influencia cultural africana que se asentó en estas dos zonas desde el período esclavista español y que se amalgamó con la población indígena originaria de esta parte del continente.
La producción de estos cálidos y bailables ritmos incluye entre su instrumentación folclórica el tambor alegre (Alejandro Montaña), la tambora (Tomás Correa), platillos de latón, guasas, maracón y eventualmente la marimba de chonta. El elemento moderno esta representado por la batería (Augusto Pinzón), el bajo (Javier Pinto) y la guitarra eléctrica (Luis Gaitán), clarinete (Jacobo Vélez, director y Julián Esteban Chaves), un saxo soprano (Cesar Medina), un saxo tenor (Leonard Jaramillo), la voz líder (Facio Candia) y la voz femenina (Marlene Obregón). Es necesario notar que en estos años, la constitución de la banda se ha modificado, y esto es parte del propio transito del grupo. Han pasado por aquí músicos como Richard Arnedo (baterísta, integrante de Curupira) y Tostao (cantante, integrante de Chocquibtown)
La fuerza y el empuje que transmite este grupo puede haber sido el resultado de tener que “subirse” al ritmo de las calles de Bogotá, al que pudieron imprimirle su propia identidad. La velocidad aquí se convierte en fuerza, en desenfreno y disrupción. Mojarra Eléctrica, asegura a quien lo escuche, la imposibilidad de dejar los pies quietos sobre el suelo.
En el año 2003 graban su primer disco “Calle 19” (en honor a la calle donde tocaban en sus principios), y allí dejan plasmadas variadas vivencias y costumbres con el fondo casi permanente, de sonidos fácilmente identificables con las calles de la ciudad. En el 2006 trabajan sobre su segundo disco “Raza”, desde allí, el movimiento, los ritmos marcados y la crítica social se hacen presentes desde las mismas canciones.
Dentro del plan de acción del grupo, está la grabación de su tercer disco, donde uno de sus posibles nombres es “Poder pa´la gente”, pero aún habrá que esperar.
La propuesta de Mojarra Eléctrica es contundente, transitan en la búsqueda incesante entre el Bullerenge, la Chirimia, el Currulao y la fusión con elementos afrodesendientes como Soukus, Reggae, Timba cubana, Funk, Jazz, enfocándose hacia la rumba. Recuperan la energía de los movimientos cotidianos, concentrándose con intensidad en el paisaje urbano, la banda cambia el pesado ambiente de las calles citadinas de Colombia, agregándoles calor y movimiento.



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