Por Mario Efrón
La caja es uno de los instrumentos más representativos del norte argentino. Se trata de un pequeño tambor de unos 40 centímetros de diámetro y 15 centímetros de alto. Sin duda, es un instrumento que se encontraba presente en América antes de la llegada de los españoles. Podemos ver en ilustraciones del cronista Guamán Poma de Ayala, imágenes de personas tocando un tambor muy similar a lo que hoy conocemos como caja.
El cuerpo es de madera y está formado por una lámina fina, de unos tres centímetros de espesor la cual es arqueada por el constructor hasta obtener una forma redonda. Los dos extremos de esta tabla se unen con clavos, en algunos casos puede estar cosida con tientos de cuero. En la actualidad es muy común verlas construidas con madera terciada pero también podemos encontrar algunos ejemplares en los que el artesano trabajó una tabla de madera hasta obtener un espesor muy delgado, luego la arqueó para darle la forma y la unió en sus extremos.
Los parches de la caja suelen ser de cuero de chivo. Dependiendo la región y el estilo musical que se interpreta en ella podemos encontrar otros tipos de cuero, incluso algunos muy finos y delicados como un papel. En tiempos de carnaval es muy común ver copleros que reemplazan el cuero por bolsas de nylon. En una oportunidad pregunté a un coplero porqué elegía ese material, me explicó que su parche se había roto durante una rueda de coplas y que necesitaba seguir cantando durante todo el carnaval. Como el proceso de fabricación del parche para la caja es lento y puede llevar varios días, el músico lo reemplazó con una bolsa nylon.
Para sujetar los parches se utilizan dos arillos de una madera fina a los que se cosen o se pegan los cueros. Para unirlos al cilindro se entrelaza entre ambos un tiento en forma de zigzag. Antes de armar la caja, los cueros se remojan en agua durante algunas horas para que tengan flexibilidad. De esa forma se pueden tensar y adaptar a la forma del cuerpo.
La caja se sujeta con una agarradera que suele ser del mismo tiento con el que se fijan los parches. Para percutirla se utiliza una baqueta de madera recubierta en la punta con un pompon de lana o cuero.
Una parte importantísima es la chirlera, se trata de una cuerda de crin de caballo o de tanza que se coloca sobre uno de los parches de modo que atraviese todo su diámetro. En general se usa en el parche que no se percute. Esta cuerda repica contra el cuero cuando el coplero golpea la caja dándole un sonido muy característico.
En el norte argentino la copla y la caja son los instrumentos que utiliza el hombre para dejar fluir su creatividad y retratar, con unos pocos versos, su vida, sus costumbres y sus creencias.
Esta cajita que toco
Tiene boca y sabe hablar
Solo le faltan los ojos
Para ayudarme a llorar.
La caja es uno de los instrumentos más representativos del norte argentino. Se trata de un pequeño tambor de unos 40 centímetros de diámetro y 15 centímetros de alto. Sin duda, es un instrumento que se encontraba presente en América antes de la llegada de los españoles. Podemos ver en ilustraciones del cronista Guamán Poma de Ayala, imágenes de personas tocando un tambor muy similar a lo que hoy conocemos como caja.
El cuerpo es de madera y está formado por una lámina fina, de unos tres centímetros de espesor la cual es arqueada por el constructor hasta obtener una forma redonda. Los dos extremos de esta tabla se unen con clavos, en algunos casos puede estar cosida con tientos de cuero. En la actualidad es muy común verlas construidas con madera terciada pero también podemos encontrar algunos ejemplares en los que el artesano trabajó una tabla de madera hasta obtener un espesor muy delgado, luego la arqueó para darle la forma y la unió en sus extremos.Los parches de la caja suelen ser de cuero de chivo. Dependiendo la región y el estilo musical que se interpreta en ella podemos encontrar otros tipos de cuero, incluso algunos muy finos y delicados como un papel. En tiempos de carnaval es muy común ver copleros que reemplazan el cuero por bolsas de nylon. En una oportunidad pregunté a un coplero porqué elegía ese material, me explicó que su parche se había roto durante una rueda de coplas y que necesitaba seguir cantando durante todo el carnaval. Como el proceso de fabricación del parche para la caja es lento y puede llevar varios días, el músico lo reemplazó con una bolsa nylon.
Para sujetar los parches se utilizan dos arillos de una madera fina a los que se cosen o se pegan los cueros. Para unirlos al cilindro se entrelaza entre ambos un tiento en forma de zigzag. Antes de armar la caja, los cueros se remojan en agua durante algunas horas para que tengan flexibilidad. De esa forma se pueden tensar y adaptar a la forma del cuerpo.
La caja se sujeta con una agarradera que suele ser del mismo tiento con el que se fijan los parches. Para percutirla se utiliza una baqueta de madera recubierta en la punta con un pompon de lana o cuero.
Una parte importantísima es la chirlera, se trata de una cuerda de crin de caballo o de tanza que se coloca sobre uno de los parches de modo que atraviese todo su diámetro. En general se usa en el parche que no se percute. Esta cuerda repica contra el cuero cuando el coplero golpea la caja dándole un sonido muy característico.
En el norte argentino la copla y la caja son los instrumentos que utiliza el hombre para dejar fluir su creatividad y retratar, con unos pocos versos, su vida, sus costumbres y sus creencias.
Esta cajita que toco
Tiene boca y sabe hablar
Solo le faltan los ojos
Para ayudarme a llorar.
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