Editorial clandestina

Por Nicolás Falcoff

Los sistemas pugnan por ser cerrados, por eliminar cualquier fisura posible y sostener a rajatabla su estructura fundacional. Pero inevitablemente la fisura se produce. Porque siempre hay un revés, un pliego, un costado no definido, ni controlado por el propio sistema: A eso se le llama “grieta” y la posee cualquier estructura, por más sólida que parezca. Pueden intentar negarla, taparla, rellenarla, pero la grieta vuelve. Aunque muchas veces no sea visible sobre la superficie, ella va extiendiéndose desde adentro, porque ha nacido en las entrañas y se va ampliando por las profundidades mismas del sistema, recorriendo sus puntos nodales y vitales.

Hay sonidos que insisten. Se escurren entre las grietas y acribillan el silencio. Son sonidos fuertes pero no estridentes. Contundentes pero sutiles. Y si bien, muchas veces deben pasar a la clandestinidad, en esa supuesta ausencia nunca dejan de estar presentes.

Además, estos sonidos, poseen una admirable capacidad de transformación. Y ese es el elogio que le dedican a la música. Son sonidos que saben cuando callar pero también saben cuando desplegar sus armónicos hasta el infinito. Es así que cualquier género musical, en cualquier latitud del planeta los pueden emitir por siempre. Y es por eso que hay artistas que son verdaderos, porque saben reconocerlos, codificarlos e interpretarlos. A esos sonidos, a esos artistas, venimos dedicando viajes semanales desde hace ya 5 temporadas desde La Tribu y junto a mas de 15 radios de todo el pais, de Colombia y de Italia que nos vienen acompañando. En varios momentos del año hemos decidido instalarnos antojadizos en una de las tantas latitudes del planeta para agrandar el aumento de la lupa auditiva sobre dicho territorio y de ese modo conocer con mas detalle la historia de ciertos pueblos. Aquellos pueblos en los cuales los sonidos perduran y nos permiten descubrir mundos detrás de cada mundo.

La Tierra del tequila ha sido anfitriona de huespedes memorables que con sus voces han sabido entonar el canto de un pueblo y por ende de todos los pueblos. Hoy es México quien llega a extender la grieta en Sonidos Clandestinos.

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