Sabores Clandestinos (Arabia Saudita)

Por Hernán Navarro
La gastronomía saudita no sólo está influenciada por los productos mediterráneos, magrebíes, turcos e indios, si no que también está fuertemente relacionada con el islamismo. La prohibición de la carne de cerdo y el alcohol es un ejemplo concreto de los dominios del Corán.
Las carnes de cordero y pollo son las más utilizadas en este país árabe, pero la carne de ternera no queda fuera de la dieta. Tampoco los pescados: teniendo en cuenta los límites con los mares Rojo y Mediterráneo, sumados al Océano Indico y el Golfo Pérsico, las especies marítimas aportan una variabilidad importante.
Con el cordero se realiza el kebba, con carne picada y trigo burgol, el shikamba, una sopa crema acompañada por albóndigas y con el pollo es muy común el pincho especiado que se puede cocinar a la parrilla o al horno.
Así y todo, los árabes prefieren consumir vegetales a elementos cárnicos. Sobran ejemplos de recetas clásicas compuestas solamente por verduras: Humus, Falafel, sopa de lentejas, ensalada de cuscús y ensalada taboule, entre otros. El khobz, un pan de elaborado con harina integral y de origen marroquí, junto al pan de pita, que no contiene levaduras, son insustituibles acompañantes de todas las comidas. Entre las especias más importantes utilizadas por esta gastronomía son el comino, el cilantro y la canela. El yogurt sin sabor también es muy utilizado para acompañar o salsear las preparaciones.
En los postres podemos encontrar el halva, una masa dulce rellena de dátiles y almendras o nueces y tartas realizadas a base de arroz rellenas con dátiles.
En las bebidas podemos ver que el café es prácticamente una bebida nacional y sustituye con facilidad a las bebidas alcohólicas. En los hoteles es común ver despachar cervezas sin alcohol, debido a que la prohibición de su consumo no sólo cabe para los sauditas: los extranjeros que estén en este suelo deben atenerse a las normas islámicas. También se consumen muchos jugos de frutas, como el champagne saudita y la limonada y tés saborizados con hierbas y pasas de uva.

Falafel
Ingregientes:
- Garbanzos hidratados en agua durante 12 horas;
- cebolla;
- ajo picado;
- cilantro y perejil picados, comino, sal y pimienta de cayena;
- 2 cucharadas de harina;
- Aceite.

Procesar los garbanzos previamente remojados y escurridos. Agregar la cebolla, el ajo, las especias y la sal. Triturar hasta que quede una preparación lisa.
Humedecer las manos y formar pequeños bollitos para luego presionar hasta obtener unos 7 cm. de diámetro.
Freír los falafels en una sartén con bastante aceite por ambos lados hasta que se doren.
Servimos en pan árabe con lechuga, tomate y salsa de tahine (sésamo molido) o de yogurt natural con aceite de oliva.




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