Por Mario Efrón
Recorriendo los distintos instrumentos de las culturas que pueblan el mundo vamos encontrando una increíble variedad de formas de producir timbres y sonoridades. Muchas veces me pregunto “¿cómo llegaron estos tipos a encontrar este sonido tan raro?, ¿qué los lleva a buscar este sonido tan dulce o tan áspero o tan…?“. En ese sentido, cuando uno escucha el tabla no puede más que sorprenderse de la variedad de sonidos que los músicos logran arrancarle.
El tabla es un instrumento de percusión desarrollado en la parte norte de India. Consiste en dos timbales, uno más pequeño cuyo cuerpo es de madera y otro más grande de metal o en algunos casos de cerámica. Recordemos que los timbales son los membranófonos cuyo cuerpo tiene forma de cuenco cerrado en la base. El tabla lleva sobre la boca un parche de cuero de cabra. Este se sujeta con unas tiras del mismo tipo de cuero formando un entretejido que rodea todo el cuerpo del instrumento. En el centro del parche se aplica una pasta de afinar de color negro la cual forma una circunferencia de unos 5 cm de diámetro. Esta permite ampliar su variedad de sonidos.
La afinación en el tabla es muy importante porque las notas que produce son muy precisas y deben coincidir con los demás instrumentos del conjunto. Para esto el músico utiliza un pequeño martillo de metal con el que golpea los costados del parche dándole más o menos tensión. Luego, con unos pequeños rodillos de madera colocados entre los tensores y el cuerpo, el músico logra que la tensión en el parche se mantenga firme. El tabla se toca en el piso apoyado sobre unos anillos de fibra vegetal adornada con telas.
La técnica del tabla merecería una columna completa y espero poder entrevistar en algún momento a un tablista que la explique más a fondo. Básicamente su técnica consiste en una serie de sonidos, unas 12 variantes, que se producen percutiendo sobre distintos sectores del parche o colocando las manos en distintas posiciones. Cada uno de estos sonidos se llaman Bols. Para facilitar el aprendizaje, cada bol está relacionado con una silaba, por ejemplo: Dhin, Ga, Ka, Ta, etc. Un conjunto de bols conforman una frase rítmica llamada Theka. Para aprender y memorizar los distintos ritmos, los músicos pronuncian primero las sílabas de los bols que lo forman para luego traspasarlas al instrumento. Es algo muy interesante de escuchar porque esta “regla nemotécnica” representa un hecho musical en sí mismo.
Esta es una brevísima introducción a un instrumento de una gran riqueza musical que espero despierte la curiosidad por escucharlo. Seguramente en próximas columnas nos reencontraremos con él y podamos adentrarnos en su mundo.
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