Casos y Letras: Charles Bukowski

Por M. Emilia Sganga

“En algún sentido, todos son genios a su manera, peleando contra lo obvio, nadando contra la corriente, volviéndose locos, fumando porro, tomando whisky, arte, suicidio, cualquier cosa menos la ecuación común. Va a pasar mucho tiempo antes de que nos borren o de que acaben con nosotros." (1972)


Es difícil hablar sobre Bukowski, porque él mismo se ha encargado de hacerlo en cada una de sus obras y a uno le queda la sensación que todo lo que se pueda escribir sobre él, ya está escrito por él.. Tanto desde la poesía como desde sus relatos, donde aparecía su alter ego Henry Hank Chinaski, Bukowski se encargó de contarnos su historia, quizás con la intención de hacerlo, quizás no
En 1972 escribe un ensayo que comienza así: "Nací en Andernach, Alemania, el 16 de agosto de 1920, hijo bastardo de un soldado norteamericano del Ejército de Ocupación. A los dos años fui traído a los Estados Unidos, y después de dos meses en Baltimore me llevaron a Los Ángeles, y después de la madurez (?) vagabundeé por el país al azar, ida y vuelta, arriba y abajo, adentro y afuera, pero siempre volví a Los Ángeles (…)”.
Su adolescencia transcurre en el contexto de la crisis económica de 1930, seguida por la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría luego y la psicodelia de los ´60.
Los problemas económicos, lo cotidiano de las golpizas de su padre, y el maltrato a su madre, fueron abriendo un camino doloroso en la vida de Charles Bukowski.
Al terminar sus estudios secundarios, entró en la Universidad para estudiar periodismo. Pasó pocos meses allí y durante largo tiempo se dedicó a vivir de las apuestas en el hipódromo, cuando tenía mala suerte pasaba la noche en el banco de alguna plaza, esperando las próximas carreras.
A sus 25 años, comenzó a escribir relatos cortos y los enviaba a revistas literarias, eran rechazados, y él poco a poco comenzó a alejarse de la escritura y dedicarse a empleos temporarios como portero o cartero, trabajos que le permitían tener algún tiempo libre.
La muerte de una de sus parejas y sus graves problemas de salud, causados por el alcohol, hicieron que retome la escritura gracias a la necesidad que sentía de describir y registrar todo lo que odiaba del mundo, de su mundo. Y así comenzaron los relatos cortos que lo tenían a él como protagonista dentro de aquél mundo subterráneo, acompañado por delincuentes, prostitutas, jugadores y artistas que le permitían transitar la noche yendo siempre por el margen, por los espacios que no eran contados en otra literatura y haciéndose cargo de aquellos que no había sido invitados a formar parte del “sueño americano”.
Para 1960 se publica su primer libro de poemas “Flor, puño y gemido animal”, y le siguieron títulos como “Escritos de un viejo indecente” (1969), “Cartero” (1970), “Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones” (1972), “La máquina de follar” (1972), “Factotum” (1975) y “Shakespeare nunca lo hizo”.
No tardaron en relacionarlo con los escritores de la generación Beat (Kerouac, Guinsberg y Burroughs), y Bukowski no tardó en separarse de ellos acusándolos de no comprometerse demasiado con lo que escribían, ni arriesgarse con lo que decían.
Comenzó a recibir invitaciones de librerías y editoriales para presentar sus libros y leer sus poesías en vivo, eventos a los que finalmente asistía pero siempre desde una postura desafiante, renegando de aquellos reductos literarios y académicos de los que no iba a formar parte.
Para Charles Bukowski, la vida era un mal viaje, y el alcohol era un buen compañero para pasarlo: "Empecé a beber hacia los diecisiete con chavales mayores que andaban holgazaneando por las calles y robaban en las gasolineras y en las bodegas. Interpretaron mi repugnancia hacia todo como falta de miedo, pensaron que mi indiferencia era valor. Yo era popular y no me importaba serlo o no, estaba Congelado. Me ponían delante grandes cantidades de whisky y cerveza y vino, y lo bebía todo. Nada podía emborracharme, de modo palpable y definitivo" (fragmento de "Escritos de un viejo indecente" de Charles Bukowski).
En sus obras aparecen abundantes datos autobiográficos, descripciones detalladas de cada situación y personaje, pero sobre todo humor y desencanto. El licor, el sexo, la descripción minuciosa de los submundos en los que transcurrió su vida, bares sórdidos, pensiones y hoteles, constituyeron el nudo de su obra.
Durante sus 73 años de vida escribió más de 50 obras. Artistas plásticos, músicos y cineastas se han dedicado a trabajar sobre su obra: la película “Barfly” está basada en su historia, y el mismo Bukowski se ha encargado de detallar el proceso de gestación y filmación en su libro “Hollywood” (1989).
Los límites no aparecen en la obra de Bukowski, no importan. Desde lo más íntimo hasta lo más superfluo aparece en su obra, pero siempre formando parte de un mundo propio, que se va construyendo desde la historia del autor. Sin esconderlo, sin disimularlo, Charles Bukowski logra contarnos todo lo que quiere y despierta sensaciones que nos entran desde la letra y se deshacen en el cuerpo, generando las más variadas emociones.

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