Por M. Emilia Sganga
Poeta y ensayista nacida en 1920 en Akasaka, región central de Tokio, localizada en el centro este de la isla de Honshu (una de las cuatro islas principales de Japón). Su poesía y sus ensayos se han centrado en la descripción de diversas formas de vida, y sobre todo tiene como anclaje su propia historia.
Una vez finalizados sus estudios primarios, en 1934, comienza a trabajar como empleada bancaria en Nihon Kogyo y con su sueldo ayuda a mantener a su familia. Mantuvo este empleo hasta el año 1975, por lo que muchas veces se la ha nombrado como “la poeta bancaria”, y desde esa identificación también mantuvo fuertes lazos con la lucha sindical llevada a cabo desde colectivo de empleados bancarios.
Sus más de 40 años realizando este empleo, no le prohibió desarrollar su pasión por la escritura, por el contrario ella logró ensamblar ambas cosas. Es así como varios de sus poemas refieren directamente a la economía del país, a la situación de su sociedad y al contexto que le ha tocado vivir.
Para 1959 edita su primer libro La cacerola, el pote, el fuego ardiente que tengo delante de mí, donde comienza a vislumbrarse esta referencia a su vida cotidiana, a la situación y el posicionamiento de la mujer en Tokio, y sobre todo, su búsqueda identitaria.
Nueve años más tarde publicará su segunda obra La placa de identificación y otra trabaja donde aparece nuevamente esta dicotomía entre su trabajo como empleada bancaria y su identidad como escritora, en la búsqueda de escapar al sistema burocrático que convierte su vida cotidiana en una repetición constante y el encuentro con la poesía como punto de fuga y elaboración de esa “otra” que aparece en el título de la obra.
Y siguiendo esta misma línea, publicará “Currículum Vitae” en 1979 y luego “Palabras Blandas” en 1984.
Toda su obra se enmarca en la dialéctica entre las complicaciones de su vida laboral y su vida doméstica, atravesada siempre por el contexto que la rodea (no serán ajenas las referencias a la guerra y la posguerra japonesa), sumado a un vocabulario cotidiano que logra crear imágenes cercanas desde el otro lado del mundo.
Rin Ishigaki también se ha dedicado a escribir ensayos, donde nos acerca la historia de su vida y nos permite conocer algunas de sus opiniones. Pero su principal labor siempre estuvo marcada por la composición poética. Fallece en 2004, a sus 84 años de edad y habiendo logrado jubilarse como empleada bancaria en 1975, para dedicarse enteramente a la escritura.
La Isla
Estoy parada en un inmenso
espejo.
Una solitaria
pequeña isla.
Separada
de todos
Conozco
La historia de la isla.
Las medidas de la isla.
Cintura, busto y caderas.
La ropa de estación.
El canto de los pájaros.
La primavera escondida.
La fragancia de las flores.
En lo que a mí respecta
Vivo en la isla.
La he cultivado, la he construido
Sin embargo
Es imposible conocer
Todo acerca de esta isla.
Imposible establecerse
de forma permanente.
En el espejo contemplándome
A mi misma: Una isla lejana.
Rin Ishigaki
Traducción: Graciela Dondi
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