Por Magalí Schwartzman
Nació en Dahomey, hoy conocido como la República de Benín. Es compositor, cantante, escritor, poeta y espiritualista. A los cuatro años de edad viajó hasta Francia con su familia para quedarse. Desde pequeño descubrió su pasión por el jazz, por la música afro-cubana ya que su padre escuchaba esos géneros musicales.
Con tal sólo 17 años cantó por primera vez en una banda pop-rock llamada Anaphase antes de trasladarse a Niza, ciudad francesa situada en el departamento de Alpes Marítimos, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, a encontrarse con él mismo y perseguir sus intereses, como lo son la literatura y la poesía. Tiempo más tarde dejó la banda para comenzar a crear su propia música.
Julien Jacob formó su identidad artística cuando David Bowie lo invitó a tocar en su gira por Francia, cuando estuvo con Fela Kuti (cantautor nigeriano y creador del género afrobeat), Miles Davies y Al Jarreau, entre otros.
En 1990, se instaló en Hennebont, un pueblo de la región de Bretaña, Francia, donde escribió libros y canciones en francés. Cinco años después publica su primer libro “Alors, Sois” (“De modo que tenga”) una obra muy personal y poética donde expresó su visión espiritual de la vida, y además grabó su primer CD independiente de 4 canciones.
El lenguaje que maneja Jacob en sus canciones se basa en la profundidad de su interior para encontrar sus palabras, sus imágenes, “Mi idioma, al igual que todos los idiomas de todos los pueblos y grupos étnicos de esta tierra, se articula, pero la diferencia es que mis palabras no están codificadas. No tienen ningún sentido fijo. Son sólo emociones. Su única misión consiste en sentimientos a una persona, no su intelecto. Solo hablo con el corazón”, expresó.
Diez años después, lanzó su primer álbum llamado “Shanti”, en ese disco se puede notar su cultura occidental. En 2005, publica “Cotonú”, en este CD, Jacob manifestó la purificación de su música y muestra la liberación de su voz y lenguaje. Realizó un tema junto a Rachid Taha (cantante franco-argelino), “Yacob”.
Su álbum siguiente, “Barham”, es en homenaje a las almas perdidas de la esclavitud africana.
La música de Julien Jacob no conoce fronteras. Se ha presentado en los festivales de WOMAD en Singapur, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Palermo (Sicilia), Cáceres (España), Las Palmas (Islas Canarias). Fue invitado al Francofolies de Montreal (festival más grande de habla francesa), al Festival Paleo de Nyon y al London Jazz Festival.
En el verano de 2009, Bobby McFerrin (intérprete a capella influenciado por el jazz y director de orquesta) lo invitó a Julien para participar de dos conciertos de improvisación vocal en su ópera ‘Bobble’ durante el Festival Stimmen de Suiza.
En su último disco denominado “Sel”, Julien Jacob toma las riendas de la producción artística, y nada impide el flujo directo de su serenidad. Parte del disco canta en francés y se lo dedica a su madre y da homenaje a la lengua que heredó de ella.
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