Por M. Emilia Sganga
Se ha escrito muchísimo y se ha estudiado también, en qué consiste la conformación de las identidades. Sean estas individuales, sociales, o como en el caso de este escrito, nacionales. Si bien la historia nos ayuda a recorrer ciertos caminos y a delimitar espacios y tiempos, podemos localizar ciertos materiales que nos guíen en esta conformación de lo que fue la conformación de aquellas identidades nacionales.
Uno de esos materiales a los que podemos hacer referencia es el Kalevala. Desde el norte de Europa, específicamente desde Finlandia, el Kalevala funcionó como una recopilación de mitos y leyendas, tomando como fuente a narradores y trovadores de de distintas regiones.
El encargado de esta recopilación y de su composición fue Elías Lonnrot, nacido en 1802, dedicado al estudio de la lengua sueca, el latín y la mitología finlandesa. Su tesis doctoral se centró en la figura de Vainamoinen, y desde allí comenzó a interesarse por estas construcciones míticas de tradición oral. Lo interesante, como siempre, es el pasaje de lo oral a lo escrito, lo que se pierde y lo que se gana en esa transposición. Elías Lonnrot, comienza así a viajar desde 1829 por diversas regiones, con el fin de recolectar variadas experiencias folklóricas que serian material de sus estudios.
Para 1835 logra reunir y clasificar 1200 versos que publica en lo que será la primer versión del Kalevala, y que luego continuará profundizando. Así en 1849 se publica la versión definitiva con más de 22.000 versos y 50 poemas. Algo interesante de remarcar, es que el prólogo de la primera versión del Kalevala está firmada con la fecha 22 de febrero, día que pasará a la posteridad como el “Día oficial del Kalevala”, marcando una fuerte política de construcción nacional. Sumado a esto, la publicación comienza a circular y se convierte en lectura obligatoria en las escuelas finlandesas, época que coincide con lo que fue la llamada “época dorada de la cultura y la intelectualidad finlandesa” en el tránsito del Romanticismo hacia nuevas formas de expresión artística (mediados y fines del siglo XIX).
El Kalevala, puede ser traducido como “Tierra de Héroes”, el origen de lo que allí se narra se remonta a los siglos VI a XIV, desde que los hombres de lengua finesa se establecieron en el territorio que hoy se llama Finlandia, hasta la invasión de los suecos. Luego de la conquista de Finlandia por Suecia, se impone el sueco como lengua oficial, manteniéndose la lengua popular y realizando ciertas fracturas a lo que se imponía. Es por esto que la tradición oral recuperada por Lonnrot es sumamente rica, dado que no existía registro de estas experiencias.
El texto se encuentra enmarcado en un espacio físico que corresponde al norte de Europa medieval, y su antigüedad se remonta a una especie de época shamanica donde la vida y la muerte dependen por completo de la Naturaleza. Lo mágico aparece en la totalidad de las historias narradas y su origen se basa en la naturaleza, donde el bien y el mal son construidos por diversos personajes que tienen características humanas pero investidas de poderes sobrenaturales, al mismo tiempo cobran vida y son protagonistas del relato los animales, los ríos y los minerales que muestran sentimientos y toman decisiones cruciales para el desarrollo de las distintas historias narradas.
Podemos sintetizar al Kalevala como una recopilación de mitos y leyendas enmarcadas en una poética construida y desarrollada por Elías Lonnrot.
Es por ello que este texto se ha convertido en una importante fuente de identificación de la nación finlandesa, donde la propia construcción, y el mito del origen cobran forma y circulan creando esta identidad nacional que nombrábamos al principio de este recorrido.
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