Por Mario Efron
Entre la gran variedad de instrumentos que podemos encontrar en Bolivia, sin duda uno de los más importantes y difundidos es la quena. Este aerófono perteneciente a la familia de las flautas, se encuentra presente en tierras bolivianas desde hace milenios. Se han encontrado quenas muy antiguas fabricadas con huesos humanos, terracota, metal e incluso piedra.
En la actualidad el material más utilizado para su fabricación es la caña de bambú o la madera. El modelo más difundido consiste en un tubo recto con seis agujeros en la parte superior y uno en la parte posterior. En su extremo proximal cuenta con una escotadura en forma de U o V que es el lugar donde el músico debe dirigir la columna de aire para producir el sonido.
Por lo general estamos acostumbrados a escuchar la quena acompañada de otros instrumentos del ámbito criollo como la guitarra, el charango y el bombo, pero existen otros instrumentos muy similares a ella utilizados para hacer una música ligada a las actividades y costumbres de las comunidades aborígenes o campesinas. Vamos a detenernos en tres instrumentos de uso comunitario que nos plantean una forma de hacer música muy distinta a la que estamos acostumbrados a escuchar, la Quena-quena, la Choquela y la Pusi P’iya.
A primera vista estos instrumentos son muy similares a la quena, probablemente la mayor diferencia consiste en la forma de la escotadura que, en los tres casos, es rectangular. Otra diferencia es el tamaño. Sus tubos son más largos, por lo tanto el sonido que producen es más grave. En el caso de la Pusi P’iya también existe una diferencia en la cantidad de orificios de digitación, sólo cuenta con cuatro en la parte superior y ninguno en la posterior.
Pero sin duda lo que más diferencia a estos instrumentos de la quena es su forma de ejecución y sobre todo la intencionalidad con que los músicos los ejecutan. Por ejemplo, un conjunto de choquelas, consiste en un grupo de unos diez músicos donde cada uno toca una choquela. Estos son acompañados por una o dos personas que tocan huancaras, un antiguo membranófono de dos parches muy difundido en la región andina. Todos los músicos tocan la melodía al unísono, ocasionalmente se armonizan con octavas o quintas paralelas. La música que ejecutan está vinculada a una danza, que puede ser o no coreográfica, y en la cual se representan las costumbres de la comunidad. En el caso puntual de la choquela, durante la danza se hace una representación de la cacería de la vicuña.
La utilización de estos instrumentos está regida por el ciclo agrario e incluso cumplen una importante función en este. Las comunidades suelen atribuir el éxito de sus cosechas o una cacería exitosa, a las danzas ceremoniales acompañadas de la música de estos familiares de la quena. Estos tres instrumentos que escuchamos en el programa, son apenas una muestra de la gran cantidad de aerófonos de uso comunitario que se utilizan actualmente en distintas regiones de Bolivia y que, si bien pueden ser similares a los instrumentos utilizados en ámbito criollo o ciudadano, plantean una forma de hacer música completamente diferente.
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