Casos y Letras: Alejandro Aura

Por M. Emilia Sganga

Desde el viaje incansable de las golondrinas, desde su vuelo eterno y su movimiento que anuncia un cambio, el andar del poeta se vuelve análogo en las letras, en la creación de lo eterno escrito y del incesable movimiento.



Volamos hacia México, hacia Colonia Obrera en Coyocán, donde en 1944 nació el poeta, actor, escritor, dramaturgo, director y guionista Alejandro Aura. Desde joven se dedicó a la poesía, y se caracterizó por ser un “difusor cultural”, una golondrina de la experimentación desde diversas aristas de la cultura.
Participó en la lucha estudiantil mexicana de 1968, y desde su poesía, desde su eco, convertía la vida en un festejo, en una sorpresiva declaración de principios y en su tema recurrente.
Algunos de sus libros de poemas fueron Cinco veces la flor, Volver a casa, Alianza para vivir y Poeta en la mañana.
Su último libro publicado fue Se está tan bien aquí. Título que cierra el sentido, cuando conocemos que se le diagnosticó cáncer de pulmón, al que sobrellevó durante tres años. Desde el momento del diagnóstico, Alejandro Aura, no dejo de escribir, pero lo hizo desde su blog como una especie de diario en el que compartía con sus lectores y amigos su propia lucha. Exprimiendo cada minuto, una especie de testamento poético que se extendió a lo largo de tres años y en el que incorporó su enfermedad como poema de su propia vida, dialogando con ella.
En México se convirtió en el director del Instituto de Cultura del Distrito Federal, pero también experimentó en medios de comunicación como la televisión y la radio, donde se desempeñó como presentador y guionista.
Estuvo casado con la escritora Carmen Boullosa, con quien tuvo a su hija, la actriz María Aura, quien luego de su fallecimiento realizó la obra teatral “Cuentos y Ultramarinos”, título del último libro escrito en prosa de Alejandro Aura. En la obra conmemora a su padre y a sus creaciones retomando algunos de sus textos e imágenes.
En el año 2000, Alejando Aura, se instaló en Madrid, allí se desempeño como director del Instituto de México en España, lo cual le permitió descubrir sus dos últimas pasiones: la ciudad de Madrid y Milagros, la mujer con quien compartió sus últimos días. Y ambas pasiones aparecen en la mayoría de sus último escritos con una fuerza que lo devuelve como poeta y cantor de la vida y de ese “estar bien aquí”.
Y como poeta creo su propia despedida, su último canto, días antes de morir escribió el poema Despedida en su blog: “Así pues, hay que en algún momento cerrar la cuenta,/ pedir los abrigos y marcharnos,/ aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo/ y en las que cada uno pusimos nuestra identidad;/ se quedarán los demás, que cada vez son otros/ y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue,/ también el hueco de nuestra imaginación se queda/ para que entre todos se encarguen de llenarlo,/ y nos vamos a nada, limpiamente como las plantas,/ como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo/ y luego, sin rencor, deja de estarlo”.
Alejandro Aura falleció a sus 64 años en Madrid, sin embargo sus poemas continúan migrando por el mundo, volando como golondrinas que anuncian eternamente el movimiento.
M. Emilia Sganga

Canción para la golondrina – Alejandro Aura

La golondrina es animal corriente,
es obvia su semejanza con el torso de una mujer flaca
aullando en la cama de los árboles; tocan sus plumas
más ocultas las ramas con el viento;
es obvia su semejanza
con sus piernas, sus caderas (la línea),
quizás un velo para tapar honestamente,
aladamente,
el pubis de la golondrina.

Sólo para anunciar la lluvia viene,
vuela haciendo grumos en la tierra como en el asfalto,
porque no tiene prejuicios la naturaleza;
abundadora de las fuentes del canto,
acrecentadora del agua de las cacerolas,
extirpadora de los dineros del mar mal llevado a esta gruta
de dolorosa entraña,
golondrina;
pero insisto,
la golondrina es animal corriente;
no de las vigas del techo hizo su nido sino
para estar atenta al doblez de nuestras horas lúbricas;
espeso es el rayo de la luz
que queda entre nosotros y la golondrina
cuando estamos desnudos ella y yo,
esta pájara y yo,
esperando a que caigan las primeras gotas
para romper todo hechizo de elegancia
y partir soeces
a otra soledad
más
refinada.

1 comentario:

Milagros dijo...

Gracias por hacer que los poemas de Alejandro sigan volando por el ciberespacio.
Y unas pequeñas puntualizaciones a la biografía narrada para que quede fetén:

* Nació en la colonia San Rafael, como cuenta en esta entrada de su blog: Los niños de Cartago (http://www.alejandroaura.net/wordpress/?p=172)

* Tuvo cuatro hijos: Cecilia, Pablo, María y Juan

* El poema “Se está tan bien aquí” se puede leer completo en: http://www.alejandroaura.net/wordpress/?p=8

* El poema "Despedida" lo escribió bastante antes de su fecha de fallecimiento(http://www.alejandroaura.net/wordpress/?p=49).

Además de leerlos se pueden escuchar en su incomparable manera de recitar en su blog, esos y muchos más.

Y sólo me queda despedirme felicitándoos por vuestra labor de difusión cultural.

Saludos desde Madrid, Milagros..