Casos y Cosas (Venezuela)

María Lionza: De mito a culto
Por Estefanía Abamonte

Desde el estado de Yaracuy, al centro occidente de Venezuela, llega el mito de la Reina María Lionza; aquel que se ha expandido por todo el país venezolano. Ella es la madre de la raza mestiza, ha logrado la unión entre dos mundos. Es reverenciada como la diosa de la naturaleza, del amor, de la paz, de la fortuna y de la armonía.

Su mito encarna al menos tres diferentes versiones: una mítica-religiosa, una histórica y otra de ficción e invención. Sin embargo esto no significa que el mito de María Lionza pierda la sustancia mítica-sagrada.

La versión más antigua data del tiempo previo a la llegada de los españoles al territorio venezolano en el siglo XV. Ésta narra que una tribu del territorio de Yaracuy, recibió un doloroso presagio: nacería una niña con los ojos de tan extraño color que, al mirarse en las aguas de la laguna brotaría una monstruosa anaconda, que causaría la ruina de la tribu. A partir de ese momento cada vez que a un cacique le nacía una niña, pasaba angustia de muerte hasta que le anunciaban que la recién nacida tenía los ojos negros. Para evitar que se cumpliera el horrible presagio, sólo la madre y sus guardianas tenían permitido ver a la niña. Pero llegó el día en que se cumpliría la profecía. La niña de los ojos extraños salió en un descuido de sus cuidadores y llegó hasta la orilla de una laguna. Se miró en las aguas profundas, de repente empezó a moverse el agua y a producirse un remolino que fue transformándose en una serpiente. Así se convirtió en la anaconda, quien fue creciendo hasta que finalmente Las aguas se desbordaron y arrastraron todo a su paso. Hoy esa niña es la venerada Maria Lionza diosa de las aguas, y Madre de la Naturaleza.

El culto a María Lionza se ha nutrido de la cultura europea, asiática y africana. Su propósito, es la cura física y espiritual de los practicantes y creyentes, además de un fin muy utilitario, como es solicitar prosperidad en los negocios, el trabajo, el amor y las relaciones sociales. El centro principal de la práctica de este culto es el Monumento Natural María Lionza, conocido también como la Montaña de Sorte y Quibayo.

No extraña la fuerte resistencia que tuvo este mito desde la conquista. La gran cantidad de población indígena y la prohibición de uniones entre éstos y otros grupos étnicos, hizo posible que las creencias de los primeros se mantuvieran más puras. Luego, el origen al mestizaje favoreció que los indígenas transmitieran gran parte de su tradición cultural, que al mezclarse daría origen entre muchos otros al culto que hoy se conoce como María Lionza.

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