Por M. Emilia Sganga
La historia marca fechas, momentos específicos que no podemos olvidar y que nos obligan a ir un poco más allá de la anécdota. El día 26 de abril de 1986, en la central nuclear de Chernobyl un reactor explotó en medio de una prueba (?). El desastre fue inconmensurable, más de 30 personas murieron al instante y fueron evacuados alrededor de 150.000 habitantes, a los que luego se sumarían 215.000 pobladores de zonas aledañas. Más allá de los terribles números, cada uno de ellos marca una historia de vida subsumida en el destierro, la desolación y la impunidad.
Las narraciones son infinitas, y las trayectorias inagotables. Desde aquí, el esbozo de una ellas…
Por ese entonces, y con 14 años, Eugene Hütz comenzó su peregrinaje por el mundo en compañía de otros refugiados viviendo en Polonia, Hungría, Austria e Italia. Su pasión por la música le permitió el contacto con los diferentes ritmos de cada una de las tierras a las que pisaba, y así poco a poco se fue rodeando de colegas. Compañeros que también traían a cuestas historias de viajes indeterminados, refugios y trayectorias muy diversas que terminaron, en el año 1999, reuniéndose en Nueva York bajo un proyecto al que denominaron Gogol Bordello.
En él la heterogeneidad de influencias se combinaron con la fuerza eléctrica de una especie de punk, que más que la regencia a un género era un grito. Sumando a sus shows en vivo la festividad, el color y la potencia que genera la experiencia de haber comenzado sus presentaciones en casamientos y celebraciones de la comunidad gitana.
En ese mismo año grabaron su primer disco Voi-La Intruder (1999), en el que más que mezcla de estilos y géneros, prevalece la diversidad de historias que cada uno de sus integrantes trae con él, sumada a la variedad de instrumentos que se hacen presentes en las enérgicas canciones. El grupo está compuesto por Eugene Hütz (voz, guitarra acústica, percusión, caldero), el ruso Sergey Ryabtsev (violín, voces secundarias), Yuri Lemeshev (acordeón, voces secundarias), el israelí Oren Kaplan (guitarra, voces secundarias), Thomas Gobena (bajo), el estadounidense Eliot Ferguson (batería, voces secundarias), Pamela Jintana Racine (percusión, voces secundarias, baile), Elizabeth Sun (percusión, voces secundarias, baile) y el ecuatoriano Pedro Erazo (ragga, percusion), y cada uno de ellos aporta lo que la experiencia les transmite.
Para fines de 2002, editan su segundo disco Multi Kontra Culti vs. Irony, y dos años después producirán Gogol Bordello vs. Tamir Muskat, un disco en el que participan miembros de la Balkan Beat Box (quienes fusionan Dub y música electrónica, bajo el nombre de J.U.F) en una especie de duelo de ritmos.
Luego vendrán producciones como East Infection (2004), Gypsy Punks: Underdog World Strike (2005), editado con la discográfica Side One Dummy Records, y el disco Super Taranta! (2007), último trabajo presentado (por ahora).
Más allá de la heterogeneidad reinante, la constante es el desborde de energía, los saltos, y las letras de denuncia, pequeñas cosas que hacen a la unidad de un grupo que tiene su propia identidad más allá de las naciones.
La historia marca fechas, momentos específicos que no podemos olvidar y que nos obligan a ir un poco más allá de la anécdota. El día 26 de abril de 1986, en la central nuclear de Chernobyl un reactor explotó en medio de una prueba (?). El desastre fue inconmensurable, más de 30 personas murieron al instante y fueron evacuados alrededor de 150.000 habitantes, a los que luego se sumarían 215.000 pobladores de zonas aledañas. Más allá de los terribles números, cada uno de ellos marca una historia de vida subsumida en el destierro, la desolación y la impunidad.
Las narraciones son infinitas, y las trayectorias inagotables. Desde aquí, el esbozo de una ellas…Por ese entonces, y con 14 años, Eugene Hütz comenzó su peregrinaje por el mundo en compañía de otros refugiados viviendo en Polonia, Hungría, Austria e Italia. Su pasión por la música le permitió el contacto con los diferentes ritmos de cada una de las tierras a las que pisaba, y así poco a poco se fue rodeando de colegas. Compañeros que también traían a cuestas historias de viajes indeterminados, refugios y trayectorias muy diversas que terminaron, en el año 1999, reuniéndose en Nueva York bajo un proyecto al que denominaron Gogol Bordello.
En él la heterogeneidad de influencias se combinaron con la fuerza eléctrica de una especie de punk, que más que la regencia a un género era un grito. Sumando a sus shows en vivo la festividad, el color y la potencia que genera la experiencia de haber comenzado sus presentaciones en casamientos y celebraciones de la comunidad gitana.
En ese mismo año grabaron su primer disco Voi-La Intruder (1999), en el que más que mezcla de estilos y géneros, prevalece la diversidad de historias que cada uno de sus integrantes trae con él, sumada a la variedad de instrumentos que se hacen presentes en las enérgicas canciones. El grupo está compuesto por Eugene Hütz (voz, guitarra acústica, percusión, caldero), el ruso Sergey Ryabtsev (violín, voces secundarias), Yuri Lemeshev (acordeón, voces secundarias), el israelí Oren Kaplan (guitarra, voces secundarias), Thomas Gobena (bajo), el estadounidense Eliot Ferguson (batería, voces secundarias), Pamela Jintana Racine (percusión, voces secundarias, baile), Elizabeth Sun (percusión, voces secundarias, baile) y el ecuatoriano Pedro Erazo (ragga, percusion), y cada uno de ellos aporta lo que la experiencia les transmite.
Para fines de 2002, editan su segundo disco Multi Kontra Culti vs. Irony, y dos años después producirán Gogol Bordello vs. Tamir Muskat, un disco en el que participan miembros de la Balkan Beat Box (quienes fusionan Dub y música electrónica, bajo el nombre de J.U.F) en una especie de duelo de ritmos.
Luego vendrán producciones como East Infection (2004), Gypsy Punks: Underdog World Strike (2005), editado con la discográfica Side One Dummy Records, y el disco Super Taranta! (2007), último trabajo presentado (por ahora).
Más allá de la heterogeneidad reinante, la constante es el desborde de energía, los saltos, y las letras de denuncia, pequeñas cosas que hacen a la unidad de un grupo que tiene su propia identidad más allá de las naciones.
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