Por M. Emilia Sganga
Nacido en Santiago de Chuco, una pequeña ciudad de la provincia de Huamachuco, en Perú. Si bien existen dudas sobre su real fecha de nacimiento, suele tomarse como referencia el 16 de marzo de 1982.
Su infancia estuvo rodeada de simbología católica, que luego será transmitida a su obra. Su niñez se desarrolló en un ambiente católicamente ortodoxo, en su hogar existía una gran biblioteca con títulos casi obligatorios en las familias cristianas, y estos libros fueron los primeros contactos que tuvo Vallejo con las letras. Sus abuelos (ambos curas), fomentaron prácticas cotidianas que sedimentaban estas creencias en su familia: los rezos diarios, la asistencia a las misas, y hasta el propio deseo de Vallejo de ser obispo.
Estas herencias aparecen en la obra de Vallejo en símbolos y en metáforas. No le importará vulnerar los principios teológicos, de hecho, con el correr de los años se declarará en desacuerdo con el dogma cristiano, y en sus obras irán apareciendo deformaciones e ironías sobre estas creencias.
En 1910, decide trasladarse a Trujillo para estudiar Letras, y para antes de mitad de año, regresará a Santiago de Chuco. Será durante 1912 que comienza a trabajar en la hacienda azucarera Roma, en el Valle de Chicama. Esta experiencia lo marcará para toda su vida, allí tomará contacto en el día a día de la explotación de los peones, realidad que se dedicará a describir y denunciar en la mayoría de sus obras.
Un año después volverá a retomar sus estudios en Trujillo, será allí donde vivirá hasta 1917, en esos años comenzó a publicar sus poemas en la revista “Cultura Infantil”. Al terminar sus estudios en Letras (1915), se inscribirá en la carrera de Derecho, en Trujillo.
Los primeros poemas de Vallejos mantienen una notoria influencia del modernismo, girando alrededor de temas metafísicos y a la vez aparecerá la simplicidad de la vida cotidiana. Será en la obra “Los Heraldos Negros” (1918), donde aparezca la subversión de la fe católica, realizada por medio del cuestionamiento sobre la naturaleza de Dios y por el uso de blasfemias. Para él Dios no está muerto, sino que se está muriendo poco a poco. En uno de sus poemas dirá: “Yo nací un día, que Dios estuvo enfermo, grave”. Este primer libro de poemas puede sintetizarse como una postura crítica hacia la institución eclesiástica
Otra experiencia que marcará su vida y su escritura, sucede en un viaje que realiza a Santiago de Chuco, al llegar se produce un incendio en una concurrida plaza callejera. Frente a este hecho Vallejo y otros hombres, fueron acusados de incendiarios y rebeldes; el poeta fue sentenciado a una reclusión en la cárcel por cuatro meses.
Para 1922 publicará el libro “Trilce”, obra en la que aparecerán varias referencias a esta experiencia y en la que mantiene una especie de hermetismo lingüístico, al mismo tiempo que recrea cada novedad junto con el lector. Las fuertes criticas recibidas y la falta de trabajo hacen que Vallejo decida irse de Perú, es así que 1923 lo encontrará viviendo en París.
Los primeros tiempos allí fueron difíciles, no conocía el idioma y tampoco conseguía trabajo. Poco a poco irá contactándose con otros artistas y comenzará a escribir en varias publicaciones.
Viaja a España, y luego a la URSS con la intención de quedarse a vivir allí, pero a los pocos meses regresa a París. Para 1927 comienza a acercarse a los escritos marxistas y se dedica a su estudio En 1929 realiza su segundo viaje a la URSS, y con él comienza una etapa de efervescencia política. Para 1930, Vallejo se convierte en un fuerte crítico del Surrealismo y se aleja completamente del movimiento. Y es en ese mismo año cuando el Ministro del Interior del Gobierno Francés promulga un decreto que declara la presencia de César Vallejo en Francia como peligrosa, comprometiendo la seguridad pública. Fue así como tuvo que exiliarse en Madrid junto a su compañera. En España se afilia al Partido comunista Español.
Durante los primeros años de la década del ´30, deja a un lado la poesía y se centra en al escritura en prosa, dedicándose también a la novela y el teatro. De esa época son las novelas: “Paco Yunque” y “El tungsteno”.
En Paco Yunque (1931) podemos encontrar una novela infantil, que fue rechazada por varios editores por ser “demasiado triste”, cuenta la historia de un chico, que es maltratado en la escuela por un compañero. A lo largo de toda la novela se encuentran distintas formas de opresión, donde la dominación de una clase por otra se hacen presentes en todos las relaciones sociales, incluidos los niños.
En El Tungsteno (1930), también podemos encontrar las penurias de sus compatriotas peruanos que trabajaban en pésimas condiciones, mostrando la brutalidad de la vida industrial dentro del sistema capitalista y poniendo en primer plano la explotación obrera.
En 1931 escribe dos obras teatrales: “Lock out” y “Entre las dos orillas corre el río”.
Vallejo sentía un especial aprecio por España, y ante el estallido de la Guerra Civil, no dudó de aliarse a la republicanos realizando diferentes eventos, colectas y colaborando de la forma que fuera necesaria. El libro “España, aparta de mí este cáliz” (escrito durante 1937 y publicado en 1939), está inspirado en la Guerra Civil Española. En estos poemas aparecen parafraseadas partes de la Biblia, con el fin de expresar alguna esperanza, de una forma fuertemente cercana al cristianismo. Pero aquí no existirá Un Hombre salvador, sino que ese Hombre son todos los hombres en unidad, son “todos los Hombres de la Tierra”, y esa fuerza plural es la que logrará la “resurrección popular”. Esta idea de integración colectiva tiene un anclaje en el marxismo. En los versos de “Himno a los voluntarios de la República”, encontramos su postura política, claramente cercana al socialismo. Es allí donde resalta esta devoción por la figura del obrero y de la lucha por la igualdad política y social.
En este libro de poemas, encontramos un sincretismo entre el marxismo y el cristianismo, pero las figuras y construcciones cristianas serán vaciadas de su sentido primigenio para ser utilizadas bajo la ideología marxista.
César Vallejo, fallece en París, el 15 de abril de 1938, luego de una larga agonía. Será luego de su muerte cuando saldrá publicada “España, aparta de mí este cáliz” del cual escucharemos un fragmento de la poesía “Himno a los voluntarios de la República”, en la voz del poeta peruano César Calvo, acompañado de la canción “Canterurias” de Chabuca Granda.
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