Por M. Emilia Sganga
La identidad se construye día a día, desde lo cotidiano, desde la memoria compartida, desde pequeños fragmentos e historias comunes que nos unen. Hacer vivos esos fragmentos, esas experiencias e historias es tarea nuestra. Evitar recortes abusivos que borren de un plumazo y violentamente capítulos completos de nuestras historias, retomar voces no escuchadas y oír esos relatos nos permite ir hacia la complejidad. Inquietudes que también son compartidas y reconstruidas, y es en este recorrido donde encontramos a Nicomedes Santa Cruz. Un luchador por la reivindicación y el estudio de las culturas originarias, asumiendo la tarea de la complejidad de revivir y resignificar el folklore afroperuano.
Nacido el 4 de Junio de 1925 en Lima, en el seno de una familia de diez hermanos. A sus 11 años, su madre lo lleva a aprender el oficio de herrero y años más tarde conseguirá abrir su propio taller de herrería. Pero no será este oficio al que dedicará su vida. He aquí las complejidades.
En 1945 conoce a Porfirio Vásquez (1902), decimista y folklorista, y será gracias a este encuentro cuando retoma la tradición oída a su madre. Lo que lo lleva a abandonar su taller de herrería para dedicarse, en 1956 a recorrer el Perú y otros países de América Latina recitando sus décimas, en lo que él mismo define como una "búsqueda de su destino". Comienza a rastrear los orígenes de la décima y se dedica a su estudio: “La décima ha pasado en el Perú, desde el criollo (hijo de españoles) al criollo mestizo peruano y termina, a partir de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, en la boca de mulatos y negros (en general analfabetos). Creo que en todo este ciclo, es muy difícil a veces discernir si la décima proviene de vena culta o de vena popular, porque en estas dos corrientes en estas dos vertientes se funde la metáfora, se funde esta imagen. Creo que es muy difícil establecer la separación entre lo culto y lo popular (...). Poetas totalmente analfabetos han logrado metáforas que las firmarían los eruditos más reputados, y no solamente en el Perú sino en todo el mundo hispano parlante”.
Al regresar de su viaje por Latinoamérica, se incorpora como glosador en los espectáculos de la Compañía Pancho Fierro (que más tarde será Ritmos Negros del Perú). Y poco a poco sus inquietudes van en aumento y su lucha política se hace presente con fuerza, reconociendo como fuerte referente, tanto de su obra como de su trabajo, a Nicolás Guillén.
Para 1957, sale el disco Gente Morena con glosas y décimas de Nicomedes, y comienza a trabajar en su primer artículo periodístico Ensayo sobre la Marinera, que sale publicado en el diario "El Comercio". Será a mediados de ese mismo año cuando forma el conjunto "Cumanana" con parte de la desaparecida compañía "Pancho Fierro".
Para 1964 se publica el libro Cumanana, dos años después publica en Lima el libro Canto a mi Perú y en 1968 inicia su programa radial diario "Así canta mi Perú", donde también presentará su disco "Canto Negro". Es durante este periodo que contrae matrimonio con Mercedes Castillo González, su “fiel compañera”, con quien años más tarde, tendrá dos hijos.
Los viajes serán una constante en la vida de Nicomedes, y con ellos llevará todas sus reivindicaciones, su lucha y sus obras a recorrer diversas regiones y hacerlas conocer. Es así como para 1973 participa en el Festival de Cosquín en Argentina y de esta visita se editará el disco Nicomedes en Argentina. Al año siguiente regresará al país, pero esta vez para compartir recitales junto al cantante y compositor Cesar Isella.
Su trabajo de difusión no se limitará a la radio, los conciertos y los discos sino que también se dedicará a la gráfica y a la conducción y producción televisiva. Será en su programa "Por los Caminos del Arte" donde intentará mostrar, por un lado “la interrelación que existe entre todas las artes de todos los pueblos del mundo, y por otro, que todos los caminos del arte pueden y deben conducir a la integración de la comunidad nacional, continental y mundial”.
El comienzo de los años ´80 lo encuentran a Nicomedes lejos de su Perú natal, instalado en Madrid. Allí trabajará en radio y continuará con sus viajes, estudios y conferencias sobre la negritud, la historia y recopilación de décimas, y sobre todo, con su lucha política. Fallece el 5 de febrero de 1992, a sus 67 años, en Madrid.
El gran aporte de su trabajo y sus obras nos acompañan en la pregunta por nuestra identidad, nos obliga a repasar diversas formas de nuestras culturas populares, a explorarlas y a ubicar en ellas fragmentos de nuestras historias comunes. Retomando la décima, género literario de la poesía popular, con sus diversas manifestaciones que recorren temáticamente el universo entero de la vida del hombre, sea tanto en la esfera individual como colectiva. La oralidad de la décima permite juegos, cantos y recitaciones. En ellas se manifiesta la función lúdica del lenguaje, se hacen adivinanzas, se glosa la sabiduría popular contenida en refranes y dichos. Desde ella retomamos fragmentos de historias que se fueron actualizando con el tiempo, que sigue conviviendo con nosotros y que es necesario oír para continuar indagando continuamente por aquello que llamamos identidad.
1 comentario:
¡Que grande fue Nicomedes! ¡Ojalá sus lecciones musicales sean rescatadas poco a poco por almas curiosas y con el tiempo se le considere uno de los más importantes trovadores del Perú!
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