Por Mario Efron
En varias de mis columnas nos hemos acercado a instrumentos poco convencionales o que no responden a lo que estamos acostumbrados a ver como “instrumentos musicales”. Luego de hablar del mirlitón o la quijada (por dar algunos ejemplos) uno puede preguntarse ¿qué es un instrumento musical?, voy a arriesgar una respuesta: un instrumento musical es un objeto sonoro utilizado para hacer música. Alguien puede decir: “pero… todo suena…” y yo diría que sí, todo suena y todo puede ser un instrumento musical. Lo interesante (por lo menos para mí) es cuando este objeto sonoro se incorpora a la cultura de una comunidad de tal forma que su música adopta este elemento que fue “tomado prestado” de la vida cotidiana. Este es el caso de la botella de anís.
La historia cuenta que alrededor del año 1870, el dueño de una destilería española que se encontraba de viaje en París, compró como obsequio para su esposa un perfume. Parece ser que lo que lo llevó a comprarlo no fue tanto el contenido sino el frasco con textura romboidal que lo almacenaba. Al llegar a España decidió imitar esta textura en las botellas de anís que se fabricaban en su destilería, esto le daba un aspecto más fino y un mejor agarre a la botella. Lo que nunca imaginó este buen señor, es que su nuevo diseño se convertiría en un instrumento musical. Imagino que la cosa pudo ser más o menos así: durante alguna fiesta un grupo de músicos matizaban su alegría con unas copas de anís, a medida que pasaba la noche las botellas se fueron vaciando y el afán por hacer música fue creciendo. De repente alguien toma esta botella y comienza a rasparla con una cuchara, su sonido brillante cautiva a todos y un nuevo instrumento nace. No lo sé, a lo mejor es un poco fantasioso de mi parte, lo cierto es que hoy en día la botella de anís es un instrumento importantísimo para la cultura popular española.
La botella de anís se agrupa dentro de los idiófonos, dado que es el propio cuerpo del instrumento lo que se pone en vibración al ser raspado con un objeto metálico. Podríamos decir que estamos en presencia de un güiro de vidrio cuyos surcos son los rombos que forman la textura de la botella. La pieza metálica con que se raspa puede ser cualquier cosa que tengamos a mano, una cuchara, un tenedor, una llave, etc.
Este instrumento se utiliza en prácticamente toda España, uno de sus usos más difundidos es como acompañamiento rítmico en los conjuntos de Villancicos.
En el siguiente video podemos escuchar y ver cómo se toca “la botella de anís” que en este caso forma parte de un conjunto donde también podemos escuchar zambombas y calderos, instrumentos muy interesantes de los cuales hablaremos en futuras columnas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario